Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

sábado, 31 de mayo de 2008

Indiana Jones y el nostálgico regreso del cine de aventuras

Antes de entrar a la sala, había leído y escuchado, de aquí y de allá, todo tipo de comentarios e impresiones sobre la película. Una cosa estaba bien clara: tenía que verla yo mismo. Al final, de todo lo que leí y oí, coincido con algunas cosas, difiero en otras. Para mí, el veredicto es contundente: una gran película. Y subrayo, para mí. Porque no faltarán los detractores y ante ello no puedo sino reiterar lo que siempre he dicho: el juicio ante un texto (película, composición musical, obra literaria) no tiene por qué ser unánime y ¡menos aún! racional y definitivo.

La obra cinematográfica –como la literaria o la musical– puede ser vista desde muchas perspectivas. La gracia está en definir con qué mirada se acerca uno a algo, y en función de ello qué puede esperar obtener a cambio. Películas, como libros o composiciones musicales, existen para todos los gustos y pensadas para todos los fines: puedo decidir acercarme a cualquier texto producido en alguno de esos lenguajes (como en otros, por supuesto) con muy distintas expectativas: reír, llorar, reflexionar, asustarme, imaginar, motivarme, deprimirme o, sencillamente, atender y esperar lo que sea que me provoque. Puedo, claro está, mezclar varias de esas intenciones. Algunas veces se lograrán, otras no. Es posible que me acerque con una intención en mente y termine víctima de una reacción inesperada pero igualmente legítima. Cuando la expectativa inicial se consigue, el juicio suele ser positivo; cuando no, dependerá de la cercanía que tenga uno con el fin obtenido: el abanico de opciones es tan amplio como el espectro de la repulsión absoluta al éxtasis de la satisfacción plena. Y los motivos que determinen el veredicto final son inevitablemente subjetivos. O en todo caso intersubjetivos.

Tanta disertación para decir que la cuarta aventura fílmica de Indiana Jones me entusiasmó. Y lo hizo por varios motivos. Me referiré al principal: sentí que estaba ante algo así como "cine hecho a mano". Yo sé que la expresión es absolutamente inadecuada, pero trataré de explicarme. Mi percepción es que Spielberg logra con creces honrar la textura de aquellas películas de mi infancia y adolescencia. Agradecí inmensamente emocionarme de nuevo con una auténtica película de aventuras que, más allá de sus altibajos, no se usa como mero pretexto para el despliegue de "lo último" en la tecnología de la industria. Quizá eso mismo es lo que extrañarán muchos espectadores más jóvenes: justo antes de la proyección mostraban el avance de la nueva entrega de La Momia, esa saga que de alguna manera rescató el género de aventuras para el siglo XXI pero que basa buena parte de su éxito en toda esa –impresionante y admirable por supuesto– tecnología digital. Debo confesar que esa invasión de mundos digitales, pese a todos sus méritos, no deja de parecerme demasiado. 

¿Nostalgia? Posiblemente. Pero una nostalgia creativa: una nostalgia que no pretende quedarse con lo de antes y punto, sino la que mueve a no perderse en la saturación de lo nuevo, que sepa conservar la mirada. Sé que esa nostalgia está en muchas partes (todavía, afortunadamente). Pero que esa nostalgia se aparezca en una película de aventuras me resultó gratamente sorprendente. 

Quizá parezca que estoy siendo extremadamente condescendiente con la película. Reconozco que no se trata de una joya de la cinematografía y sin duda no es el mejor capítulo de la saga. ¿Y eso qué? Con todo y sus problemas de continuidad en algunas escenas (algunos como de principiante, cierto), yo insisto: pasé un muy buen rato. Y estoy seguro que con el transcurso del tiempo podré, como con las tres cintas previas, regresar y volverme a rendir ante un par de horas de buen entretenimiento.

jueves, 29 de mayo de 2008

La envidia me corroe

«Al desnudarla, al separarla de la imagen, esta música maravillosa tuvo la oportunidad de brillar con su propia luz, de mostrarnos qué tanto de la fuerza, la ternura, el suspenso de los filmes a que pertenece se le deben a ella, y, lo más importante, de obligarnos a centrar nuestra atención en la manera casi mágica como Morricone le arranca los sonidos a la orquesta.

Y es que en la consecución de su ecléctica música, adecuada a cada filme, Morricone utiliza todos los recursos de que puede disponer un compositor: una orquesta sinfónica, un coro espectacular, seis solistas, sintetizadores, bajo eléctrico, batería, así como los más improbables maridajes sonoros, como mezclar congas con sonidos eclesiásticos o jazz con música de cámara.»

Mauricio Hammer, en Reforma

¿Tengo que agregar algo? Sólo puedo decir una cosa, pensando en los diez mil asistentes al Auditorio Nacional esa noche: ¡qué envidia!

martes, 27 de mayo de 2008

A saldar cuentas conmigo

Pues nada... ya está. ¡Hace un rato bauticé a mi último trabajo del semestre! (Gracias, comadre Yuriko por ayudarme con eso de la selección de nombre.) Ya sólo es cosa de cumplir mañana (al rato, perdón) con el protocolo de ir a entregar el dichoso documento y... pues a esperar notas.

Mientras tanto, tendré que irme poniendo a mano con muchas cosas. Entre otras: leer algo de ficción (es que en serio que lo demás me tiene muy motivado pero, carambas, ya necesito algo distinto; ir a ver la nueva peli de Indiana Jones (esté buena, mala o regular, es Indiana Jones); comprar mi Articket para empezar la gira por todos esos museos "highlights" de Barcelona que no conozco todavía; empezar a comprar todos los encargos (por favor, ya no pidan más, que luego ¡a quién le cobro el exceso de equipaje!); ponerme a mano con éste y mis otros blogs, por supuesto... pero, sobre todo, ¡ponerme a pensar qué demonios voy a hacer los próximos meses! No, por favor. No empiecen todavía los interrogatorios... Ya sé que yo mismo estoy poniendo el tema sobre la mesa. Prometo empezar a estructurarlo y compartirlo. Mientras tanto ¡el flujo de energía es vital para que las cosas cuadren! ¿De acuerdo?

lunes, 26 de mayo de 2008

Éxtasis musical

Ya en otra ocasión he declarado mi debilidad por la música de Ennio Morricone. Puedo decir que difícilmente transcurre un día sin que escuche algo surgido de sus partituras. En el playlist con el que suelo programarme antes de dormir (¿nunca he hablado de eso, verdad?) está una secuencia de La Misión interpretada en vivo por la Roma Sinfonietta, bajo la conducción de il maestro, por supuesto. En mi casita en México, el DVD del Arena Concerto es una de esas grandes joyas que puedo reproducir una y otra vez sin fastidiarme, pues no le encuentro desperdicio; uno de los momentos que más me emocionan en ese concierto es la interpretación de El éxtasis del oro, de la banda sonora de El bueno, el malo y el feo.

Hoy por la noche (mientras escribo ya comenzó el martes) el Auditorio Nacional (México D.F.) recibirá a esta leyenda. Cosas de la vida. Llevo ocho meses viviendo en Europa y al señor se le ocurre ir a tierras aztecas justo cuando ando fuera. A eso le llamo tener las agendas mal sincronizadas, caray. Tendré que conformarme con las reseñas y algunas reproducciones en el YouTube.

domingo, 25 de mayo de 2008

Pedro Omar


Hoy es un día gris. No es que esté deprimido. Simplemente el día no pinta como otros. Y quizá no esté del todo mal. Sirva para pensar un rato. Bajar para volver a subir. Son cerca de las dos de la tarde y el sol aún no ha salido. Llueve suave pero permanentemente. Apenas en la última entrada hablaba de la alegría de vivir. Y anoche recibí un correo que me sacudió. Venía de Raúl, un ex-alumno, y eso me emocionó de inicio, pues regularmente esos correos traen buenas noticias. No fue el caso. la ilusión se disolvió en segundos cuando descubrí que me enviaba una presentación de Power Point para recordar a Pedro Omar, otro entrañable chico que pasó por mis aulas, quien, según me cuenta, falleció en un accidente esta semana. Según me cuenta Raúl, la canción que escuchas (si le diste play al reproductor de Goear, claro) le gustaba mucho a Pedro. A lo mejor suena hasta macabro ponerla. Pero le doy la vuelta al asunto y la encuentro reconfortante. Pedro era un buen chico, aunque fuese un auténtico desmadre, y coincido con Raúl cuando sugiere recordarlo así.
Desde acá te abrazo Pedro. Y extiendo mi abrazo, por supuesto, a tu familia y a tus colegas.

viernes, 23 de mayo de 2008

Alegría de vivir

Armando Fuentes Aguirre, mejor conocido por sus cuatro lectores como "Catón", es un coahuilense entrañable. Lo conozco a través de sus letras y con eso me basta para afirmarlo. En los diarios del grupo Reforma, Don Armando escribe su "Mirador" y deja a Catón que se encargue "De política y cosas peores", en una columna donde diariamente alterna reflexiones entre una sorprendente cantidad de chistes de todos los colores y tonos, cuyo denominador común es el extraordinario uso del lenguaje de quien los suscribe, aspecto que se refleja especialmente en los nombres con que bautiza a sus personajes.

El caso es que ayer Catón no se refirió a la política ni a cosas peores... Por el contrario. Destinó su columna a reproducir, con algunas anotaciones, una carta que le envió Eduardo, un guanajuatense de 28 años que padece una lesión medular desde hace siete. Catón cierra el texto "con un sentimiento de reverencia ante ese espléndido ser humano que proclama la alegría de vivir, y ante su extraordinario padre, que proclama la alegría de amar." Si esta frase te motiva suficientemente a leer el resto del texto, te dejo las ligas correspondientes.

- Texto en línea para suscriptores del diario Reforma

- Versión en PDF que colgué en la red para quienes no tengan acceso al anterior

jueves, 22 de mayo de 2008

Un neoyorkino en Barcelona

¡Qué le voy a hacer! ¡Las pelis de Woody Allen son una de mis debilidades! Sean viejas o nuevas, hilarantes o trágicas, sofisticadas o simplonas... Cierto que en el repertorio de un tipo que se dedica sistemáticamente a hacer una película al año no todo puede ser extraordinario, pero confieso que para mí hasta en la más palomera de sus producciones se cuela algo de genialidad.

El caso es que ya están circulando a modo de trailer las primeras imágenes de Vicky Cristina Barcelona, recién presentada en Cannes. Ya hay por acá voces que se lamentan (y se la mentan) porque consideran que la Barcelona retratada por el neoyorquino resulta "brillante y colorista pero para turistas". Yo me pregunto si será posible contar una historia que sucede en esta ciudad sin mostrar esos encantos que, como tantas cosas en este mundo, han sucumbido ante la industria del consumo (en este caso turístico). Vamos, sé que sí se puede, pero el asunto es: ¿captar esas postales es un pecado tan grave? No lo sé. Lo que sí tengo claro es que en cuanto llegue a las pantallas, ya me veré instalado en primera fila. (Lo de "primera fila" es un decir, por supuesto.)

miércoles, 21 de mayo de 2008

En el tintero

Las cosas se me acumulan: proyecto, llamada, video-conferencia, reencuentro, descubrimiento, evocación, proyección. El miércoles que recién terminó fue un gran día, uno de esos plagados de acontecimientos. Mucho por decir, como desde hace tanto. Pero también mucho por trabajar. Es la recta final del semestre. Me propongo sacar adelante los pendientes con la ilusión de poder dedicarme después a ordenar pensamientos y sentimientos, y darme tiempo para compartir algo por aquí, reservarme algo por allá y empezar uno de los tantos proyectos que he empezado a trazarme y que me ilusionan, me entusiasman.

Por ahora lo dejo aquí. Con mis quereres, mis añoranzas, mis agobios, mis preguntas, mis inquietudes, mis carencias, mis sueños. Soy feliz.

martes, 20 de mayo de 2008

Cambio de hábitos

En estas semanas de intensa producción escrita he descubierto un hábito tremendamente anti-ecológico que tenía: imprimir como desquiciado. Con su reconocimiento, he enfrentado la necesidad de combatirlo.

Me explico.

Primero. La elaboración de un texto –cuando el asunto me interesa– es una tarea que disfruto inmensa e intensamente. 

Segundo. Mi rutina para confeccionar un texto comienza con notas en papeles, subrayados en libros y anotaciones en sus márgenes. Esos insumos son transferidos al procesador de textos, donde me dedico a jugar con ellos: señalando fragmentos con colores, subiendo y bajando elementos, reescribiendo algunas cosas, articulando y desarticulando otras. En circunstancias normales, sigue imprimir eso en letra pequeña con interlineado amplio, para dedicarme a soltar el lápiz sobre el texto: flechas, comentarios, tachones, claves para cambiar ideas de sitio, envío de notas al pie, círculos, asteriscos y cualquier cantidad de signos en los márgenes. Con eso en mano regreso al procesador de textos y reescribo el texto. El siguiente paso es volver a imprimir y la historia del lápiz corriendo sobre el papel se repite. Se abre un círculo de imprimir, revisar, reescribir hasta que quedo relativamente satisfecho, de acuerdo con las presiones de tiempo y el destino final del texto. 

Tercero. Aquí en España no tengo impresora. En general no me ha hecho falta, pues todo se ha acumulado en papeles, márgenes de libros y en esbozos de ideas en archivos de Word. 

Cuarto. Las últimas semanas han estado cargadas con entrega de trabajos, lo cual me ha obligado a alterar la dinámica ya descrita: imprimir significa euros y no puedo darme el lujo de imprimir hasta el infinito. 

Cinco. Es así como una situación "límite" me ha obligado a asumir conciencia de este mal hábito; no he podido desprenderme de la necesidad de hacerlo, pero he logrado reducir la cantidad de impresiones y obligarme a editar sobre el monitor. 

No me resulta fácil, pero lo asumo con filosofía: al menos coopero con el medio ambiente. 

¿Será?

lunes, 19 de mayo de 2008

¿Y luego?

En El País, esta mañana: 12 personas mueren en Suráfrica por ataques xenófobos

En La Vanguardia, por la tarde: Se intensifica la violencia xenófoba en Johannesburgo

¿Y luego? Ahí va un escenario: 

El Estado –o, mejor aún, un conjunto de Estados, todos ellos solidarios y preocupados por la Democracia– decide que es necesario proteger a los inmigrantes. ¿Qué tal clasificarlos y aislarlos para protegerlos de la barbarie? ¡Venga señores! ¡No seamos incivilizados! ¡Hagamos la limpieza ordenadamente, que para eso el siglo XX nos ha dejado buenas lecciones! Si el ejemplo funciona, igual lo aplicamos en otros lados.

Vaya callejones en que nos metemos.

Al margen. A ver, yo sé que estoy llevando las cosas lejos y que suena a ficción. Pero en el fondo es lo que ya estamos haciendo en muchas latitudes. O quizá me equivoco y simplemente estoy alucinando o dejando que aflore alguna secuela de lavado de cerebro revolucionario. Si te inclinas por las últimas, vale, ni me peles y listo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Barra libre para el espíritu

Te cuento que anoche me fui de marcha... por un par de museos. Cómo lo lees. Resulta que este 17 de mayo fue "La Nit dels muesus" aquí en Barcelona, así que 20 recintos organizaron jornadas de puertas abiertas (o sea, gratis) de las siete de la tarde hasta la una de la mañana. La oferta era muy amplia y la decisión de a dónde ir no fue sencilla; por un momento pensé incluso lanzarme a un recorrido maratónico para pisar los más posibles, pero comprendí a tiempo lo absurdo de semejante razonamiento. Al final me decidí por uno pequeño y poco conocido (donde esperaba no encontrar multitudes) y por otro grande y famoso (donde las "masas" no significaran un impedimento para el goce estético). No me equivoqué.

Visité primero el Mueso Etnológico, que expone una breve pero digna muestra de las tradiciones y costumbres de pueblos de Catalunya rural, Salamanca tradicional, Marruecos, Etiopía y América prehispánica, entre otras cosas. Mi mente entró, para variar, en una cadena de reflexiones a toda velocidad. No llevaba mi PDA pero sí un bolígrafo y pedazos de papel, así que a tomar notas pa' no perder la inspiración.

Después de poco más de una hora caminé hacia el Museu Nacional d'Art de Catalunya. Como lo anticipaba, muchísima gente; pero el museo es suficientemente grande y no tuvo problema en albergarnos a todos. En el recinto central del palacio amenizaba la noche una banda de Jazz. Quienes conozcan el MNAC saben que es grande, así que como iba decidido a vivir una experiencia pausada, me dediqué a recorrer la planta alta, donde se expone un poco del Barroco y una amplia colección de Arte Moderno. Mi cabeza, entusiasmada por lo que veía, seguía produciendo notas.

Ya a medianoche, camino a casa, me pasé un rato por el Barrio Gótico. Aunque quedaba poco para el cierre, pude comprobar que la cola para acceder al Museo Picasso era todavía muy grande (era de esperarse, ya en junio espero conocerlo). Compré un helado (el alma había comido mucho en esas horas, pero el cuerpo pedía también algo) y seguí rumbo a casa. Inspirado.
 
Mucho por compartir, como siempre. Pero también tengo mucho trabajo por avanzar para esta semana. Así que, mientras logro descifrar mis notas (tanto las de la escuela como las que registré en los museos), detengo aquí la cosa, compartiendo algunas obras que me atraparon.

Exposición pública de un cuadro, Joan Ferrer Miró


La Boira (fotografía), Joan Porqueras Mas


Gran bailarina, de Pau Gargallo

Al pie. Muchas cosas me indignan. Y algunas de ellas exigen a mi conciencia un poco más. En Tras Alicia publiqué hace un rato una entrada sobre una de esas cosas. Si tienes oportunidad, ya sabes, también es tu casa.

sábado, 17 de mayo de 2008

Homofobia e Internet

Hasta antes del 17 de mayo de 1990, la homosexualidad era catalogada por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad mental. ¡Hablamos de menos de veinte años atrás! Todavía hoy cerca de ocho decenas de Estados consideran los actos sexuales entre personas del mismo sexo un crimen. Pero sin ir más lejos: incluso en los países donde se condena la discriminación a causa de la orientación sexual de las personas, el tema sigue siendo muy complicado; en el discurso es relativamente fácil mostrarse respetuoso, pero en los hechos la cosa deja mucho qué desear. 

En dos décadas la historia se ha movido, pero merece la pena pensar en qué dirección lo ha hecho. Mi impresión es que en la reivindicación de la homosexualidad –como sucede con tantas otras reivindicaciones también legítimas– los excesos de uno y otro lado complican las cosas por momentos; pero esa tensión resulta necesaria –a veces indispensable– para transformar. 

La diversidad está en la esencia de la naturaleza, en la raíz de lo que nos constituye; y, sin embargo, reconocer su legitimidad puede ser tan complicado como mirarnos en el espejo. ¿No será que en el reconocimiento de las diferencias está el fundamento de la universalidad?

¿Por qué se le ocurre a este individuo hablar hoy de este asunto?

Tomando como pretexto que hace 18 años la Asamblea General de Naciones Unidas borró la homosexualidad de su lista de enfermedades en la OMS, numerosos países y organizaciones celebran hoy la lucha contra la homofobia. En México, la Cámara de Diputados emitió un resolutivo instituyendo el 17 de mayo como Día Nacional de Lucha Contra la Homofobia. No está claro qué tan "instituido" o no está el dichoso día, como se observa en una proposición publicada recientemente en la Gaceta del Senado. Lo cierto es que, con o sin día, hay aquí un tema que convendría pensarnos. 
¿Y el Internet qué diablos?

Pues dicen que hoy también es el Día de Internet. Para Naciones Unidas se trata del Día Mundial de la Sociedad de la Información. En la Agenda derivada de la Cumbre de Túnez se declara que el objetivo de tal conmemoración habría de ser "dar a conocer mejor la importancia que tiene este recurso mundial [Internet] en las cuestiones que se tratan en la Cumbre, en especial, las posibilidades que puede ofrecer el uso de las TIC a las sociedades y economías, y las diferentes formas de colmar la brecha digital". 

¿Será?

viernes, 16 de mayo de 2008

Viscosos pero sabrosos

El Mercat de Sant Joseph, mejor identificado como "La Boqueria", es bien conocido en Barcelona por el colorido y la variedad de productos que uno puede encontrar en sus pasillos. Incontables turistas lo recorren diariamente, contemplando sus vegetales "exóticos", los diversos productos traídos desde diversos puntos del mundo (y de España, por supuesto). Frutas, jugos, dulces, frutos secos, semillas, mariscos, carnes, vinos... y hasta hoy, insectos comestibles.

En muchos contextos, lo de comer insectos (elegantemente, la entomofagia) puede sonar extravagante e incluso ridículo; hay incluso quienes tachan esta práctica de "pose" o consideran que se trata de un exceso más de la manía de inventarnos cosas, cuando históricamente los insectos han formado parte de la dieta tradicional en comunidades de América, África y Asia. 

En el caso de los mexicanos, los ejemplos son abundantes. Los chapulines (parientes de los grillos) en Oaxaca o los escamoles (larvas de hormiga) hacia el centro del país, están entre los casos más populares. Según ciertas fuentes, en México se han contabilizado hasta 500 especies de insectos comestibles.

Pues resulta que estos productos viscosos pero sabrosos (citando a Pumba, por supuesto) ya no podrán comercializarse en "La Boqueria". Según leo en La Vanguardia, "Sanidad desautoriza la venta de insectos comestibles"en el tradicional mercado, esto debido a un "vacío legal". ¡Hágame usté el favor!

jueves, 15 de mayo de 2008

Maestr@s

En México hoy es Día del Maestro. A veces sucede ante las conmemoraciones anuales, que los clichés se vuelven inevitables; las frases trilladas aparecen a la orden del día y se nos ofrecen como una salida fácil al ineludible compromiso de "felicitar al festejado". Quizá por temor a caer en lugares comunes me resistía a publicar una entrada hoy. Pero pudieron más el cariño, el agradecimiento y, sobre todo, la inmensa admiración que siento hacia tant@s maestr@s. 

No tengo claro en qué momento despertó en mí el interés por la docencia, pero sí tengo la certeza de que una buena parte de la "culpa" la tuvieron extraordinari@s maestr@s a lo largo de mi larga trayectoria como estudiante. Hace unos meses, poco antes de asentarme temporalmente en Barcelona, tuve oportunidad de encontrarme al menos brevemente con algunos de ellos. El pretexto era entregarles un ejemplar de mi tesis de Maestría, en ese momento recién defendida. Sin duda el encuentro más emotivo por distintas razones fue el que tuve con Juanito, mi entrañable profesor de 1o de primaria. Conservo con claridad -y me emociona el sólo narrarlo- la pequeña charla que sostuvimos; la conservo como guardo algunos de los escasos pero poderosísimos recuerdos de mi niñez a los que Juanito se encuentra irremediablemente ligado. 

Mientras escribo vienen a mi mente tantos rostros. Entiendo que un mismo profesor puede ser muchos a la vez, según la cantidad de alumnos que pasan por sus aulas. Seguramente para muchos de mis compañeros, los maestros que recuerdo nunca existieron. Pero para mí, resultaron piezas fundamentales de la narración que me tiene hoy donde estoy, siendo el que soy. ¡Cómo no sentirme en deuda con ellos!

Pensar en mis maestr@s es también pensar en tant@s colegas y amig@s. A lo largo de los poco más de ocho años que llevo dedicado a la educación como actividad profesional, he tenido el honor de compartir aulas y pasillos con una gran cantidad de maestr@s. Con much@s además de la admiración y el respeto, me unen todavía hoy la amistad y un enorme cariño. Así, mi deuda no termina con quienes me tuvieron frente, sentado en un pupitre; se extiende a quienes han compartido hombro a hombro el incansable reto de sembrar futuro en los que hoy nos pisan los talones.

El afecto y la admiración que siento por mis maestr@s son infinitos; con sus aciertos y sus errores, me enorgullece que sean parte de mi historia. A l@s maestr@s que lean estas líneas, un abrazo fuerte y una idea: seguramente la escuela no es el invento definitivo para remediar los males del mundo, pero creo que sigue siendo una plataforma indiscutible para despertar conciencias y transformar. ¡Gracias por lo que a ti te toca y muchas felicidades!

miércoles, 14 de mayo de 2008

Pensar las cosas

Siempre me ha sorprendido la capacidad que tuvo el viejo Aristóteles para dejarnos testimonio de casi todo lo que cruzaba su mente, para bien o para mal. Semejante cantidad de ideas escritas heredadas a la humanidad –para bien o para mal, insisto– sólo podían ser producto de una mente que gozara de suficiente tiempo disponible para pensar, ese tiempo que ahora muchos adjetivan de "libre". No quiero caer en la idealización absurda del personaje ni de su tiempo/espacio: no pretendo minimizar las cosas e ignorar que el solaz del que gozaba el Estagirita era posible gracias a condiciones indefendibles que otros enfrentaban. (Puf, algo de eso me suena, me suena...)

El hecho es que este tío padecía una suerte de verborragia que le llevó a escribir de todo lo habido y lo imaginable en sus días. En mucho acertó con precisión envidiable; en no poco metió las cuatro, a veces más, a veces menos justificadamente. Lo cierto es que pensaba en todo y parece que pocas cosas se le quedaban en el tintero. 

Saco todo esto a colación porque en estos meses –y notablemente en los días recientes– me resulta cada vez más evidente que el acto de pensar en serio sobre cualquier cosa, obliga a salirse por completo de muchas de las convicciones que nos hemos fabricado sobre la conveniencia de especializarnos. Nuestro pensamiento, metido en los cajones de la especialidad, terminan fragmentando trágicamente nuestra percepción del mundo, haciéndola inaccesible para muchos (no porque le resulte incomprensible, sino porque desde la fragmentación terminamos obligando un poco al otro a aceptar mi discurso, ya que él no goza de la llave privilegiada que podría brindarle acceso a nuestra perspectiva iluminada).

Parcelamos, fragmentamos... y luego andamos felices con nuestra absoluta comprensión de nuestro magnífico metro cuadrado: coherente, consistente, articulado, lógico, racional. ¿Que el resto del terreno no responde a esa lógica? ¡Eso es cosa de los demás! ¡Mientras mi pedacito cuadre, qué más da!

Muchas ideas vienen conmigo de la escapada a Bélgica. Por un lado, la experiencia en Leuven fue realmente interesante; espero darme tiempo para compartir algunas cuestiones al respecto. Sin duda un aspecto invaluable de estos días fue la oportunidad de compartir con Alejandro una equilibrada mezcla de pasado, presente y futuro. Y, por supuesto, como siempre, están también las cosas sencillas que lo cotidiano nos pone enfrente.

Como no soy Aristóteles y no creo en la esclavitud, tengo que ponerme a terminar algunos pendientes para estar en condiciones de sentarme a escribir con calma sobre lo que ya se acumula en mi tintero digital. Así las cosas, dejo aquí el asunto, por ahora.

domingo, 11 de mayo de 2008

De pata de perro (IV)

Para quien lee esto ya es (o casi es, o de plano ya pasó) el 12 de mayo. Pero yo sigo en la medianoche del martes 6, así que la falta de inspiración se comprenderá. Sin embargo, como prometí, quise dejar material pa' el que le interesara. (El que no, téngame paciencia, si Dios quiere mañana ya estoy de vuelta en Barcelona.)

Se me ocurre cerrar la gira con algo cercano a lo que usé en el arranque. Una de las más emblemáticas canciones de Eric Clapton. Durante una década los oyentes estuvimos condenados a escuchar una y otra vez la versión desenchufada de esta rola. Y no es que sea mala, pero la verdad no tiene la potencia de la original. Hasta que en 2002 Clapton nos regala esta versión (es metafórico, porque al menos el CD/DVD bien que lo pagué). Allá en D.F., aprovechaba uno que otro momento de abandono para ponerla a todo volumen aprovechando el maravilloso sistema de teatro en casa. ¡Quite an experience!

viernes, 9 de mayo de 2008

De pata de perro (III)

Otra entrada programada, por aquello de las dificultades que puedan complicarme publicar desde Bruselas. Lo pienso por un momento y veo que es algo así como un mensaje desde el pasado, ¿verdad? Esto estará apareciendo en la madrugada del 10 de mayo, hora local de Europa Central. O sea que en México estarán a unas horas del Día de las Madres. Como ya dediqué a ese asunto la entrada del 4 de mayo, me limitaré a dejar un nuevo regalo para mamá.

Sé que la canción te encanta (como creo que nos encanta a todos tus hijos). Está claro, además, que la letra de la canción en el contexto de la peli la hace todavía más que poderosa, ¿no?

miércoles, 7 de mayo de 2008

De pata de perro (II)

Sigo fuera, así que esta es una entrada "programada". El verdadero yo, sepa en qué ande en estos momentos. El yo del martes a la media noche, andaba nostalgiando, así que dejó aquí una pieza que siempre me resulta inspiradora. Una de esas que tengo de fijo en la listita del iPod para cuando las musas andan adormiladas, para cuando el cielo se me nubla, o simplemente para esos instantes en que necesito un recordatorio de que la belleza existe pese a nuestras manías de andarla ocultando.



(Ese asunto de la belleza me ha dado muchas vueltas últimamente en la cabeza. Espero al regreso tener chance de dedicarle unas líneas.)

martes, 6 de mayo de 2008

De pata de perro...

Pues sigo con la gira. Ahora me lanzo a Leuven (Lovaina, en castellano), ciudad belga, a unos 30 kilómetros de Bruselas. El pretexto es un workshop experimental del que son anfitriones gente de la Katholieke Universiteit Leuven. Ya les platicaré.

Ya andando por allá, me beneficiaré de la amable hospitalidad de mi queridísimo colega Alejandro, que vive y trabaja hoy en la capital de Europa. (Por cierto que me cuenta que mañana miércoles andará atareado con aquello de que la Unión Europea nos ha honrado con el estatus de "socio estratégico".)

No sé si tendré oportunidad de escribir en estos días, así que, por si las flies, se me ocurrió dejar buena musiquita programada pa' que el cibernavegante ocioso que visite el changarro de menos se entretenga un poquito. (Claro que si lo que quieren es buena música y variada pa' todos los días, el blog de JuanPa es una joya, eh.)

Para arrancar, con eso de que andaré de gira, el subconsciente me trajo a la mente el CD/DVD One More Car, One More Rider, de Eric Clapton. Y con él, mi rola favorita de este sujeto: Wonderful Tonight (sí, soy un cursi, lo sé), en lo que para mi gusto es su mejor versión oficialmente registrada.

domingo, 4 de mayo de 2008

¡Madres!

Muchas historias hay en torno al origen del "Día de la Madre". Que si desde los griegos, que si los cristianos y la Virgen, que si los aztecas y la Coatlicue, que si yo qué sé. Lo cierto parece ser, según lo que reseña Wikipedia que todo lo sabe (y lo que no, seguro entre todos sus colaboradores lo inventan), que la celebración que hoy tenemos en gran parte del mundo no sería lo mismo de no ser por Anna Jarvis, quien literalmente no tenía madre (pues ésta había fallecido en 1905).

La formalización en EE.UU. del Día de la Madre, y su consecuente expansión en el mundo, se produjo gracias a esta mujer, cuyos esfuerzos lograron que en 1914 el Congreso norteamericano "consagrara" el segundo domingo de mayo para la celebración de las sacrosantas progenitoras.

No pasó mucho tiempo para que aquello que Jarvis pretendía fuera un sentido homenaje a todas las madrecitas, se convirtiera en una poderosa arma para estimular el consumo. Parece ser que la "madre" del día de los madres no tardó en darse cuenta del monstruo que había ayudado a parir. Según los Wikipédicos:
«[...] la festividad impulsada por Ana Jarvis comenzó a mercantilizarse, de manera tal que se desvirtuaba el origen de la celebración. Esto motivó a que Ana presentara una demanda, en 1923, para que se eliminara la fecha del calendario de festividades oficiales. Su reclamo alcanzó tal envergadura, que hasta fue arrestada por disturbios durante una reunión de madres de soldados en lucha, que vendían claveles blancos, el símbolo que Jarvis había impulsado para identificar la fecha.
      Ana luchó con insistencia contra la idea que ella misma había impulsado, perdiendo todo el apoyo de aquellos que la acompañaran inicialmente. En un reportaje que le hicieron antes de su muerte Ana mencionó su arrepentimiento por haber impulsado el Día de la Madre pues ella jamas se imagino que este dia fuera utilizado mas bien mercantilmente y no con el fin que ella habia idealizado.»
Todo esto viene a colación porque hoy, aquí en España, se celebra el Día de las Madres

Y como a mí me mola (jaja, me late, pues) eso de que sea en domingo (y como el 10 de mayo no podré publicar en el blog), me uno al festejo: ¡Felicidades Ma! ¡Felicidades MJ!

Y bueno, de paso, me pregunto: ¿Llegará el día en que los mexicanos traslademos esta celebración a un domingo de modo permanente? Jijo, es que este año les cae en sábado, pero eso de que en el D.F. el caos se potencie de pronto en martes, miércoles o ¡viernes! porque resulta que ese día todos tienen madre, pues como que qué poca, ¿no?

Al margen. Hoy ya escribí mucho. Pero si quieres ver algo más sobre la historia de este festejo (incluidas referencias a la "ocurrencia" del periodista Rafael Alducín que dio origen a la celebración mexicana), este artículo publicado por El Universal en 2005 trae algunos datos.

Otra nota. La cita de Wikipedia está tomada textualmente del artículo como aparece hoy, 4 de mayo de 2008, a las 16:49 UTC. Lo aclaro por aquello de que su contenido evoluciona permanentemente, y no dudo que pronto alguien corrija los acentos que le faltan en el segundo párrafo. Ya saben, manías de uno.

sábado, 3 de mayo de 2008

Me encanta Sabines...

Es un viejo magnífico. Y digo es porque de Jaime Sabines, como de tantos otros, no puede decirse fue.

En mi "canasta básica" están las "dosis precisas y controladas" de luna que propone en un "poemita". "La Luna" de Sabines en voz de Sabines está en mi iPod para cuando me ahogo. Pero también para cuando respiro hondamente. 

Sabines leyendo a Sabines es único. La intensidad de su poesía con la frescura justa de su voz. Tres muestras. Mi favorito, "Espero curarme de ti". Más de una vez durante mi larga adolescencia, invoqué para mis adentros esa necesidad de curación. Y aún hoy, leo o escucho este poema y me estremezco. 


Sabines sabía reír. Y con sentido del humor hacía frente a la vida. Aunque quizá a veces uno termina interpretando como sentido del humor lo que en realidad es pura sabiduría, como cuando habla de la "juventud por contagio"...


Cierro con lo que abrí, para todos los "condenados a vida": "La Luna".


En "Me encanta Dios", Sabines dice de Él: "Viejo sabio o niño explorador". Ésta, como muchas de las ideas contenidas en ese magnífico poema, aplica igualmente para su autor. 

Al margen. Las grabaciones son parte del recital que dio Sabines en el Palacio de Bellas Artes. (Si alguien sabe la fecha, no dude en ilustrar al resto. Sé que debió ser en un mes de marzo, pues después del último poema, el público le canta "las mañanitas", aunque en el clip anexo el audio se corta antes.)

viernes, 2 de mayo de 2008

Antes de las caderas, fueron los pies...

Para Jimena

Hace mucho, mucho tiempo [cuando podía presentarse en televisión usando manga larga, cuando su cabellera era negra y lacia, cuando en sus mejillas redonditas había un particular encanto, y mucho antes de enfrentarse moviendo las caderas a estadios rebosantes] hubo una jovencita de Barranquilla, Colombia, que lanzó un disco al mundo...

A mí me encantó, la verdad. Sus canciones me podían parecer ingenuas pero, como sucede en los inicios de muchos cantantes, me parecían auténticas, sin grandes pretensiones.

Hace un rato apareció en la lista de reproducción de mi iTunes la rola que daba título a aquel disco. El tiempo se detuvo. Y me fui a 1996.


Perteneciste a una raza antigua / de pies descalzos y de sueños blancos.

Me fui, pero siendo el yo de 2008...

Fuiste polvo, polvo eres. Piensa / que el hierro siempre al calor es blando.

... con todas mis crisis existenciales, mis interrogantes sobre la modernidad y sus tragedias...

Construiste un mundo exacto / de acabados tan perfectos / cada cosa calculada / en su espacio y a su tiempo.

... sumido en las apasionantes conversaciones de la semana pasada con Jimena...

Yo que soy un caos completo, / las entradas, las salidas, / los nombres y las medidas / no me caben en los sesos.

... y con toda esa carga, me hizo viajar la canción.

Cumplir con las tareas, / asistir al colegio. / ¿Qué diría la familia / si eres un fracasado?

La dejo sonar una vez más. Se me aparece de nuevo como hace doce años.

Pero diferente.

Regreso a este 2 de mayo de 2008. Es difícil no conocer, aunque sea superficialmente, a dónde han llevado los caminos de aquella chiquilla colombiana. Vaya cosas que la vida (y los mercados) reservan para algunos.

Lo cierto es que hoy, vuelvo a poner la rola. Dejo escapar algunas ideas. Permito que el intenso sol de primavera las guíe. De su mano, me pierdo en el azul que me cubre. [Sí, mis queridos chilangos, el cielo es azul, no lo olvidemos.]

Y vuelo...

Just for the record. Si tienes el tiempo y el "morbo" suficientes, aquí dejo material pa' que te entretengas: el video original de la canción, y una presentación de aquellos años en la televisión mexicana.

jueves, 1 de mayo de 2008

Redes

Primero un video... después unas palabras, ¿vale?


Hoy decir que uno cuenta a sus amigos con los dedos de la mano (y en casos extremos, con refuerzo de los dedos de los pies), es provocar que a uno lo miren con sospecha. Parece que ante la incertidumbre que nos rodea, la idea de amistad se convierte en un nostálgico refugio. En Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias, escribe Zygmunt Bauman:
“Un número cada vez mayor de observadores confía razonablemente en que las amistades desempeñan un papel crucial en nuestra sociedad completamente individualizada. Con el rápido desmoronamiento de las tradicionales estructuras sustentadoras de la cohesión social, las relaciones tejidas a base de amistad podrían convertirse en nuestros chalecos o botes salvavidas.”
Las redes que antaño daban seguridad se han desvanecido; ante la añoranza, nos vemos en la necesidad de invocarlas con recurrencia. Y la tecnología nos ofrece vías sencillas para sentirnos consolados. Como añade Bauman más adelante:
“Los directorios del teléfono móvil representan la comunidad perdida y confiamos en que suplan la intimidad perdida.”
Y así como esos directorios, tenemos Facebook, hi5, mySpace, Tagged, más lo que se sume en la semana. Hablando de este fenómeno, Bauman cita a Charles Handy, quien señala que estas comunidades virtuales “pueden resultar divertidas” pese a crear sólo “una ilusión de intimidad y un simulacro de comunidad”.

Pongo el tema sobre la mesa no para condenar estas redes ni a la tecnología. ¡Nada más lejos de mis intenciones! Sólo comparto el llamado a, en la medida de lo posible, humanizarlas. No conformarnos con la ilusión de la amistad, sino celebrarla y construirla como un auténtico asidero.

Sobre el video. Fue colgado en YouTube hace veinte días. Al día de hoy, a las 10:17, hora de España, ha sido visto en su ubicación original, 317,547 veces. [Para evitar confusiones, para mis lectores en España debo decir que ha sido visto 317.547 veces; si no, puede parecer que han sido poco más 317 visitas y media.] 

Cuando empezaba a verlo la primera vez, primero me espanté. No tenía idea de quién era este tío, y no sabía qué tan en serio hablaba... aún así, me causaba gracia la solemnidad con que platicaba. Conforme avanzó la cosa no sólo fui entendiendo sino que me partía de la risa, plenamente identificado con la sorpresa que me causa el tiempo que la gente puede dedicarle a cultivar amistades digitales. Al final, creo que Bauman y Urdaneta, desde ubicaciones radicalmente distintas, se acercan -por lo pronto en los textos que estoy planteando aquí- a diversas dimensiones de un mismo fenómeno y nos dejan algo pa' reflexionar, ¿no?

Una cosa más: ya imaginarás cómo conocí este video. Exacto. ¡Lo recibí ayer a través de Facebook!