Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

jueves, 17 de julio de 2008

Bienvenido Güelcom

Fue encontrarse por primera vez con la seguridad de estar ante buenos conocidos. Incluso sus voces fueron casi exactamente las que hasta ayer solían acompañar sus palabras cada vez que les escuchaba través de sus blogs.

Cuando iba camino a la Condesa pensaba en lo curioso, lo extraño, lo emocionante, lo valioso del encuentro que me esperaba. No era la bienvenida de los cuates del trabajo, o los viejos amigos de la escuela. No era la usual reunión entre quienes están unidos por un amplio campo de experiencias compartidas a lo largo del tiempo y el espacio. Y, sin embargo, era consciente de ir hacia un encuentro poderoso. Para mí era evidente que teníamos pocas cosas en común. Ahí radicaba justamente la clave. Lo que me entusiasmaba, lo que me movía, era la claridad de ir a un encuentro absolutamente desinteresado. Nada me obligaba. Simplemente quería compartir un rato con ell@s.

Ell@s ya se conocían. Ya habían pasado por la experiencia de ese primer encuentro. Y quizá eso ayudó. O quizá no. Da igual. El hecho es que, desde el primer saludo, estaba claro: me encontraba entre buenos conocidos. Y pasé tres horas en excelente compañía. Con buena charla. Con mis tropiezos también de los primeros encuentros, sin duda. Con la frescura de estar simplemente porque a uno se le da la gana compartir un rato con alguien. Pero, sobre todo, con la satisfacción de confirmar sus voces, sus sonrisas, sus gestos... Que resultan a partir de hoy tan poderosos cuando leo lo que cada quien con su peculiar estilo comparte a través de sus ventanas digitales.

Gracias JuanPa. Gracias Cordero. Gracias Pixie.

PD. Hay más que decir, sin duda. Pero dejo por el momento esta primera emoción.

4 comentarios:

JuanPop dijo...

Que le puedo decir que no lo haya escrito ya en mi bló. Vaya y lealo!...

Gracias a usté por dejarse ver, por dejarse ser usté mismo y por compartirse, por sorprendernos y sorprenderse. Por la alegría que hubo anoche y por el raide claro está. Por las risas, por todo eso que tanto hace bien al alma.

Está de más decirle que estamos pa'servirle, porque ya lo sabes. Te espero en los Querétaros y seguiremos sorprendiendonos. Un fuerte abrazo y mucha buena vibra, como la de anoche.

Yomismo.

Anónimo dijo...

De nada, Ernesto Pérez-Guapo (mira, sí que lo sos, con todo respeto a tu esposa). Quizá por mucho te soné a una irreverente pelangocha Samantha Depetatiux, trysexual y sí, lo soy, pero de verdad conocer a alguien tan radicalmente diferente me hace feliz. Qué mejor que seas como eres y no de un modo diferente, con tus confesiones extrañas del siglo 18. ¡Que se repita, que se repita!

La Cordero dijo...

Mira que lo normal no me hace feliz, porque no creo en el concepto. Pero tú, con todo y tu normalidad, eres encantador. Qué bueno que somos células y nó sólo bytes. Y sí, que no sea la única. Bendito el dios del internet que nos permite encontrar gente tan increíble.

ErnestoPC dijo...

Puf... no tienen idea de lo que la noche de anoche ha desatado en mi interior. Y leerlos me hace confirmar lo que siento. Ya buscaré en pocas palabras resumir algo de lo mucho que celebro de este encuentro (tanto en lo análogo y como en lo digital).

Gracias JuanPa por provocar el encuentro (y por el detallazo musical).
Gracias Pixie por sonarme "irreverente", y por soportar la irreverencia de mi ñoñez, ja! Como tú celebro esas diferencias.
Gracias Cordero por lo que dices y por cómo lo dices...

En lo que ordeno lo que quiero seguir diciendo, buen findesemana a todos!!!