Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

miércoles, 30 de abril de 2008

¡Por Tutatis!

No estoy seguro que edad tenía cuando conocí a Astérix. Debió ser entre los 9 y los 11 años, en alguna de las Ferias de Libro Infantil y Juvenil, cuando aún se celebraban en el Auditorio Nacional –por supuesto años antes de su remodelación–. El primer álbum que tuve, si no mal recuerdo, fue La Gran Zanja.

No sé si conseguir aquellos comics era sencillo, lo que sí recuerdo es que no eran baratos, por lo que nunca tuve toda la colección -que consiste en poco más de treinta títulos–. Habré reunido menos de una decena y, sin embargo, podía leerlos una y otra vez; recuerdo sobre todo dos: El Adivino y La Residencia de los Dioses.
La falta de tantos otros títulos me inhabilita como fan absoluto. Pero lo cierto es que siempre me ha movido algo especial esa aldea de galos irreductibles ante el César.

Así las cosas, la visita a Parc Astérix constituía una ilusión largamente acariciada que, en compañía de Jimena, hace unos días se vio realizada. Una de esas jornadas que no se pueden describir, así que a falta de palabras, y aprovechando que en México hoy es día del niño, dejo algunas imágenes que lo ilustran.


PD. Para la reciente escapada a París, el buen JuanPa, desde Querétaro me hizo un encargo. Le fallé, lo reconozco. Así que, como lo prometí compadre, intento compensar con unos macarons. Puf... ¡se me hace agua la boca!

martes, 29 de abril de 2008

París no existe (II)

Decía la última vez que venía llegando de recorrer varios lugares identificados con un mismo nombre. Te cuento un poco.

Con Andrea y Pam, estuve en un lugar llamado París, que aparece en libros, películas, anuncios, postales y, sobre todo, en guías para viajeros. Es un lugar impresionante, que afortunadamente ya tenía el gusto de conocer. Recorrí una vez más algunos de sus rincones, lo contemplé desde lo alto del Sacre Coeur, disfruté de las luces de su Torre Eiffel, me maravillé como siempre con la majestuosidad de Notre Dame...

Acompañado por Jimena y Benji, descubrí un lugar llamado París donde se come delicioso; donde crecen barrios pintorescos -ya sea por su armonía, por su diversidad o por su arte urbano; donde se charla con calma y se crece con afecto...

De la mano de Jimena, en particular, conocí un lugar llamado París donde ella vive, crece, se reinventa y brilla intensamente. En ese lugar, mi hermana y yo conversamos como nunca, reiteramos nuestro amor como siempre y nos descubrimos más cerca. Ese lugar hoy se llama París pero cualquier día puede cambiar de nombre y conservará sin duda su esencia, no tengo duda...

No logré reconocer el París que en otras ocasiones me ha movido el corazón, pero comprendí que ese París está por lo pronto en México. Ese París permaneció, pues, oculto durante este viaje. (Gracias a imágenes que se encendían al cruzar ciertas calles, al mirar ciertos paisajes, entendí, amor, que París no es lo mismo sin ti.)

Y al final, en la hora previa a mi partida, caminando por el Jardin des Tuileries y después sobre la Avenue des Champs-Élysées, se me reveló un lugar llamado París que me estremeció: un París que sintetiza todas las paradojas existenciales que me han acompañado en los últimos meses: su jardines producto del diseño armónico, sus aparadores incitando a las multitudes, sus grifos de agua desbordados, el esplendor del progreso, ningún residuo a la vista...

Por ahora, conservo las imágenes de los lugares llamados París que alimentaron el alma. Y dejo para después -quizá para cuando mis trabajos anden más avanzados– algunas reflexiones sobre el París estremecedor.

domingo, 27 de abril de 2008

París no existe

Anoche llegué de París. O mejor dicho, llegué de un París. Un París que no conocía. Quizá un París más porque no existe algo que sea París a secas. Y no es porque esta vez haya conocido barrios nuevos o haya comido en lugares distintos. Simplemente la experiencia concreta de esta visita me hizo interpretar la ciudad desde una mirada distinta. Una mirada aplicable para interpretar cualquier otra ciudad.

Pienso en París -o para el ejercicio, en cualquier otra ciudad- como en un espacio subjetivo, que no existe de una sola manera, sino que es sólo en la medida que uno, al estar ahí, le da significado. Cada día o cada experiencia específica de uno en la ciudad es un punto, discontinuo, concreto, acotado por el clima, la compañía, la historia que lo ha llevado a uno hasta ahí, lo que se dice del lugar, lo que se ha visto en fotos, libros o películas. Con todo eso construimos una experiencia que la memoria registra con el nombre de la ciudad y queda ahí, almacenado, listo para ser evocado cuando se escuche o se lea su nombre.

Cuando uno tiene ocasión de volver, la nueva experiencia se integrará como un nuevo punto en la línea. Mientras más cerca esté del anterior (no sólo cronológicamente, sino en términos de ese contexto que le acotaba), dará la impresión de que, más que añadirse un nuevo punto, simplemente parte de la línea que representa dicha ciudad se alarga.

Así, mi idea de Ciudad de México es claramente una gráfica quasi continua, apenas interrumpida por uno que otro viaje o, en este caso, por los meses que llevo en este lado del océano. En el mismo sentido, mi concepto de Barcelona es distinto del que tenía hace seis meses, pero en cierto modo no ha sido más que la extensión, paulatinamente refinada, de un primer punto. La proximidad temporal y contextual que circunda la experiencia le hace semejar una línea continua. Y a pesar de ello, es claro que mi Ciudad de México y mi Barcelona no son las mismas de cualquier otro visitante. 

Y sucede que algunas ciudades, pese a su aparente estabilidad, de pronto se revelan distintas. Un detalle las transforma. Una idea hace que el nuevo punto aparezca más distante del anterior, al grado que relatar dos encuentros de uno mismo con ella misma pueden derivar en narraciones de dos ciudades. Así las cosas, retomo lo que decía al inicio:

Anoche llegué de un París, o quizá incluso vengo de haber recorrido varios en cuatro días. Dejo para los próximos días ir narrando mi sentir sobre algunos de ellos.

Por lo pronto, baste decir que estoy de regreso. Y con mucho trabajo, así que a darle.

miércoles, 23 de abril de 2008

Ahí les encargo

Abro un paréntesis en la carga de trabajo de las semanas recientes. Me voy unos días a visitar a mi hermana y mi cuñado a la "ciudad luz". Me llevo algunas cosas pa' leer y no bajar por completo la guardia, pero en cuanto a bloguear, lo veo difícil. De hecho tengo pendiente responder un par de comentarios, pero la actividad ha estado intensa. Prometo emparejarme al regreso. Por lo pronto, ahí les encargo el changarro. Si Dios quiere nos escribimos el sábado.

lunes, 21 de abril de 2008

800

El contador instalado en este blog es un instrumento absolutamente simbólico. El número no representa nada concreto, y mucho menos puede hacer referencia al número de lectores, pues habrá quien entre varias veces en un día, quien venga "de pasadita", quien tenga instalado un bloqueador de cookies y pase desapercibido para el artilugio... En fin. Lo que sí representa es que este espacio tiene vida. Que no es algo estático. Que entre todos los hacemos un espacio activo (a veces interactivo).

Así que el 800 recién cumplido me sirve de pretexto para agradecer todas las visitas. Las esporádicas. Las sistemáticas. Las casuales. Las morbosas. Las reflexivas. Las emotivas. Las participativas. Las silenciosas. La lista sería interminable, así que si no describí la tuya, suma el adjetivo que te guste.

Hace unos meses, comencé este espacio con la única intención de mantener un vínculo que de vez en cuando me acercara a la gente que quiero, que me quiere y que hoy, ante mi temporal exilio voluntario, tengo lejos. Pero con el paso del tiempo su sentido se ha transformado. Se ha convertido en una plataforma para explorar quién soy y compartirlo al tiempo que lo descubro o lo construyo. Además, se han sumado nuevos amigos, algunos que hoy tengo cerca y otros exploradores de la blogósfera cuyas trayectorias han coincidido en algún momento con la mía. 

Tengo claro que, independientemente de mi ubicación geográfica, mientras sea posible, este espacio seguirá teniendo sentido pues cumple una nueva misión: ya no reseñar una experiencia concreta, como pretendía al inicio, sino una experiencia permanente de viaje por esta vida. Y aunque llegue el día en que se escriba desde otras latitudes, conservará su URL, ernestoenbarcelona, no por cuestiones técnicas (lo de menos sería migrar a una nueva dirección), sino porque ha sido en esta ciudad donde este Ernesto ha empezado a reconstruirse.

domingo, 20 de abril de 2008

Como en botica...

Siempre me ha causado mucha gracia esa expresión de las abuelas (vale, no sólo de las abuelas) que ilustra poderosamente el sentido diverso o plural de algo determinado: "de todo como en botica". La expresión me ayuda a describir esta entrada, cuyo contenido posiblemente contraste con la linealidad que suele caracterizar lo que publico.

Resulta que navegando por la blogósfera, en una de mis habituales paradas en Signo de Pregunta, me tope con imágenes que Jake colgó para ilustrar la invasión del humo que ha acechado a Buenos Aires en estos días. Las imágenes son fuertes (y más todo lo que se dice, lo que no se dice y lo que puede decirse al respecto de la crisis ecológica que hay detrás del hecho). Luego Jake colgó un pequeño video grabado en el cruce de Corrientes y 9 de Julio, donde se encuentra la Plaza de la República con su mítico obelisco. Puf!

Mi mente viajó a la Ciudad Autónoma. Y la recorrí con los hermosos y a veces difusos (aunque sin humo) recuerdos que conservo de cuando, hace poco más de tres años tuve la suerte de recorrerla. Y me invadió el sabor de un alfajor de maicena. Y sonó en el corazón Piazolla. Y luego otro tango... un tango que fue uno de mis grandes "descubrimientos" en aquel viaje.

[En este momento, para vivir la experiencia completa, debes darle play al reproductor de goaer.]

Recuerdo que al segundo día en Argentina, estando en Bariloche, en el autocar turístico sonaron aquellas notas. "¿Qué se escucha?", pregunté mientras sonaba algo que a mí me parecía salido de Moulin Rouge! (la película, no el centro nocturno). La melodía era Tanguera, un clásico de Mariano Mores.

Días más tarde, en el Sr. Tango, en Bs. As., volví a escucharla. ¡Qué maravilla! Me encantaba. Ahí estaba la esencia musical de aquella magistral secuencia cinematográfica. Y pensar que en mi ignorancia, había creído que Baz Luhrmann y Craig Armstrong habían compuesto las notas con que transformaron Roxanne de The Police en un tango: nunca había visto en letras pequeñas que el booklet del CD daba claramente su crédito al Sr. Mores (aunque sin especificar el título de su melodía original).

En el iTunes tengo una versión de Tanguera que me fascina. [La que estás escuchando (si diste click ahí arriba) no me enloquece, pero da una buena idea.] Así que la puse esta mañana y de ahí me seguí trabajando con tango de fondo buena parte de la jornada. 

Finalmente, dediqué mi reciente receso de estudio a buscar en el YouTube la secuencia del Tango de Roxanne en Moulin Rouge! La versión más decente que encontré trae unos simpáticos subtítulos en alguna lengua asiática. No dejes que te distraigan, pa' que disfrutes 9 minutos con lo que -en mi humilde opinión- es una de las secuencias más geniales en la historia del cine.



Y fue así como el humo que cubre Buenos Aires me llevó hasta una de mis pelis favoritas. ¡Vaya conexiones tiene la vida! A ver si mañana me consigo un alfajor en el Mercat de la Boqueria para darle un buen cierre a la nostálgica experiencia.

sábado, 19 de abril de 2008

Día de la Tierra

Aprovechando el radiante sol de este mediodía, hace un rato salí al Parc de la Ciutadella a leer. Desde que llegué vi que sobre la calzada que se continúa con Passeig Lluis Companys, hacia el Arco del Triunfo, estaban instalados un buen número de expositores, a manera de Feria o Expo. Después de leer y tomar el sol un rato, decidí recorrer lo que descubrí era la 13a. Feria por la Tierra, que se realiza este fin de semana en Barcelona.

Hay de todo lo que uno se pueda imaginar con el amplio pretexto del "día de la Tierra". La cantidad de expositores y visitantes es inmensa, lo cual de entrada entusiasma, resulta alentador. Sin embargo, mientras atravesaba la feria, comenzaron a producirse en mí sentimientos encontrados, que quisiera compartir contigo.

La Feria podría describirse como un gran mercado, cuyos comerciantes clasificaría en tres grandes grupos. El "mercado espiritual", ofrece todo tipo de soluciones para el alma (y el cuerpo siempre que esté conectado con ella): meditación, reiki, yoga, programas y libros de auto-ayuda y desarrollo personal, música "tántrica", viajes a la India y cualquier cantidad de terapias "no convencionales" (según sus propios adjetivos). Por otro lado encontramos un amplio "mercado de la compasión": organizaciones civiles o no gubernamentales dedicadas a todo tipo de causas: combatir el maltrato animal, erradicar el consumo de pieles, combatir la pobreza, promover la educación en países "no desarrollados", proteger al ambiente, y un largo etcétera. Finalmente, un diverso "mercado solidario", que incluiría asociaciones de comercio justo, así como vendedores de productos naturistas, orgánicos y étnicos. Reconozco de entrada que en la agrupación que planteo en esta tercera categoría estoy siendo arbitrario; y cometo esta arbitrariedad porque me parece que los "consumidores solidarios" suelen consumir indistintamente productos de estos, en esencia, distintos tipos de productores. 

Pongo sobre la mesa, pues, mis reflexiones.

Sobre el "mercado espiritual", evitaré extenderme por ahora y remito a una reflexión que publiqué hace un par de meses en otro espacio; la reflexión sin duda puede extenderse, lo cual intentaré hacer en días próximos o en otro espacio.

Respecto a lo que llamo el "mercado de la compasión", me inquietan dos asuntos en particular. El primero, vinculado con los organismos que lo promueven. Sin negar el auténtico compromiso de muchas organizaciones "civiles", me parece que su propia naturaleza y origen encierran ciertas paradojas; para muchas, la injusticia que se proponen erradicar se ha convertido en condición inevitable de subsistencia, por lo cual corren el riesgo de producir en su relación con ella una simbiosis que termina siendo fatal para los afectados, ya que termina condenándolos a perpetuarse. La segunda idea se relaciona con nosotros, los cooperantes -activos o potenciales- de estas organizaciones, pues estamos frente al riesgo de que nuestra ayuda se convierta solamente en una forma de silenciar la conciencia, de tranquilizar el corazón.

Finalmente el tema del "mercado solidario". Buena cantidad de organizaciones son fieles a sus convicciones. Y muchos compradores acuden a ellas convencidos a su vez. Riesgos parecidos a los anteriores. Y más: alimentar al mismo mercado "injusto", insertarse en él. Porque al final todo queda en una práctica consumida a partir de los mismos mecanismos del mercado explotador tradicional. El mercado "alternativo" corre cada vez más el riesgo de convertirse en una fachada para el mercado basado en la explotación, ya sea porque sus promotores terminan alimentándolo una vez que bajan la cortina, o porque sus consumidores acuden a ellos en una actitud puritana, que les permite presumir su virtuosidad y su conciencia social, mientras alternan estas prácticas con otras que sólo generan incongruencias inmensas.

Los planteamientos previos me llevan a una reflexión final.

El tema de fondo en los tres "mercados" es justamente que tienden a seguir la misma lógica que pretenden contrarrestar. Y pocas veces sus productores y consumidores nos detenemos a reflexionar sobre ello. No pretendo restar valor a nuestras buenas intenciones y menos sugerir que habrían de erradicarse también estas tendencias. Tampoco sugiero transformar nuestras vidas radicalmente y abandonar toda acción que "atente contra la Tierra"; sin duda en un mundo como el que tenemos, sobre todo quienes vivimos en comunidades urbanas, resulta muy pretencioso aspirar a cambiar todo de buenas a primeras. Intento ser sensato y de ninguna manera planteo que neguemos aquello que como humanidad también hemos construido. 

Simplemente creo que acercarnos a estas "prácticas alternativas" no es suficiente. Que falta algo más: construir una conducta congruente, que surja del fondo, de convicciones auténticas que nos permitan distinguir las causa de nuestras acciones y asumir paulatinamente los compromisos que ellas implican. No es tarea fácil. Muy al contrario. Y en eso propongo que nos pongamos a trabajar, cada quien con quienes tenemos cerca y en nuestro propio ámbito.

El mío es la educación. Y ahí tenemos un campo muy fértil y amplio para empezar. A eso estoy dedicando mis esfuerzos desde hace unos meses. Aquí sigo por lo pronto, buscando construir.


Apuntes bibliográficos. En las ideas sobre lo que llamo el "mercado de la compasión", recupero reflexiones planteadas por Pascal Bruckner en La tentación de la inocencia (1996, Anagrama) y Zygmut Bauman en Vidas Desperdiciadas (2005, en editorial Paidós) y que, en lo tocante a este tema en concreto, comparto ampliamente.

jueves, 17 de abril de 2008

Una Carta Abierta al Pueblo de México

"Carta Abierta". Así le llaman los "intelectuales" a eso que han publicado estos días en diarios mexicanos, para cumplir su tarea de "pensadores". Ésta es la mía, para el que todavía esté dispuesto a escuchar. Si tienes unos minutos, si estás tranquilo y crees que el "debate" nacional no te ha hecho perder todavía la cabeza, te invito a que la leas, hasta donde quieras; si lo haces, de antemano lo agradezco.

Hoy nuestro País me duele como nunca. Y me duele tanto porque lo encuentro más divido que nunca. Los mexicanos visibles se encuentran bien atrincherados: "políticos", "intelectuales", "comunicadores"... atrincherados cada uno en sus inamovibles "ideas", en espera de lanzar o responder el siguiente golpe. Listos para lanzar otra piedra. Hablando todos de defender a México mientras lo hacen pedazos. Alimentando en la gente el odio, el rechazo. Buscando adeptos para hacerse oír más fuerte, decir "somos más". Y en un país como el nuestro, tan lleno de necesidades, para cualquier "bando" no es difícil encontrarlos. Las voces prudentes, si las hay, se pierden en tanto barullo. ¿Quedará en la tribuna pública alguien capaz de ayudar a un Pueblo que se queda sin voz porque todos los que podrían brindársela están suficientemente ocupados en silenciarse entre ellos?

Y mientras, los invisibles, los que sí somos la mayoría, ¿dónde estamos? Muchos, los más, apenas se enteran muy bien de qué va todos esto; sus preocupaciones son mucho más inmediatas: comer y vestir día a día. Y otros, los que tenemos esas prioridades resueltas, discutimos un rato, con mayor o menor intensidad, y luego nos cansamos... Y empezamos a ver el "espectáculo" como si fuese una película. Y eso nos sucede, al menos a ratos, porque definitivamente no nos sentimos parte de esta historia. Y a pesar de ello, ¿podemos sentarnos y ver cómo nos quedamos sin País? ¿Dónde estamos todos?

De pronto me invade la necesidad de inventarme una cadena de correos electrónicos (la simple idea es metafórica, pues tendrían que ser casi correos espirituales si quisiera que llegaran a todos los mexicanos que sé que están dispuestos a escuchar)... Un mensaje en cadena que fuese capaz de despertar a una Nación. Un País que, estoy convencido, es mucho más que ese puñado de individuos que se arrebatan las miserias del poder que les otorgamos, individuos a los que habría que enviar al exilio, a alimentar el odio en otro lado. Y nosotros empezar de cero.

Quisiera decir "pasa la voz, divulga este mensaje", pero me falta encontrarme una propuesta. No quiero quedarme en la nada. Quiero proponerme, proponernos, algo. De alguna manera, juntos, los privilegiados y los que han corrido con menos fortuna, tendríamos que encontrar lo que nos une: tenemos en común mucho más de lo que nos han contado. Tenemos en común un País y una Historia que son mucho más que odios y rencores. 

Si de alguna manera pudiéramos acercarnos al Otro, al que piensa distinto de mí pero que comparte conmigo este País, y fuésemos capaces de, juntos, decirle a ésos, los visibles que hoy quieren confrontarnos: «Somos Uno... y te exigimos respetes nuestras ganas de seguirlo siendo; te exigimos que nos ayudes a estar más cerca porque solos no podemos, y para eso estás ahí -elegido por unos, por otros o por ninguno-... La posición que ocupas -una silla en el gobierno, un micrófono en un medio, una pluma ante la hoja en blanco- no es gratuita... Tienes un privilegio que yo no gozo, y que te permite, te obliga, a ayudarnos para ser un Uno más justo, más solidario. Negarte a cumplir esa misión es destruirte y destruirnos.»

Estoy seguro que medios para hacernos oír ha de haberlos. Exploremos y construyamos. Todas las ideas que pongan por delante el interés de todos, cuentan.

Ni a la esquina

Propongo de nuevo a Tiersen. Música para una agradable mañana con lluvia (y con su dosis de inspiración, por supuesto).


No ha parado de llover. A ratos más, a ratos menos. Pero no ha parado de llover. En lo que va del día no se ha asomado un solo rayo de sol. Quiero pensar que el nublado es lo suficientemente extenso como para llevar agua a la montaña y a donde sea necesario para empezar a recuperar un poco de lo que ha vaciado la sequía. Quizá en otras circunstancias diría que es un mal día, que el ánimo no levanta con este clima. Pero hoy no. Hoy es un buen día.

Además, aunque quisiera, no es día para salir. Así que, sin pretextos. A estudiar señor, a sacar adelante pendientes. Hoy sí, ni a la esquina.

miércoles, 16 de abril de 2008

Más artilugios...

De veras que esto de la tecnología en la cultura bloguera no deja de sorprenderme.

Como algunos saben, mi entrada a la blogosfera es relativamente reciente. Con el paso de los días, he ido descubriendo otros blogs y me he ido convirtiendo en asiduo seguidor de más de uno. Mis paseos por la blogosfera me han permitido también ir descubriendo en los espacios de otros blogueros una serie de artilugios por demás interesantes. Algunos de los que me han parecido más interesantes o con cierta utilidad, se han ido agregando a este espacio, sobre todo en la columna de la derecha. Llegaron así el motor de búsqueda de Google, los relojitos pa' saber la hora en distintos lugares, el contador de visitas, las ligas a otros espacios propios y ajenos...

Toda esta reflexión me lleva a presentar mi más reciente artilugio, recién instalado en la columna derecha, debajo del motor de búsquedas: se trata de un espacio que vincula con otros blogs, mostrando la entrada más reciente que ha sido publicada en éstos. De inicio el experimento está arrancando con los otros dos espacios que "poseo" en estas tierras virtuales, a saber: Tras Alicia (el blog donde exploro desde hace unos meses ideas en torno al mundo que tenemos y sus infinitas paradojas) y Desarrollo Académico (un espacio donde pretendía colgar material e ideas para otros educadores, y que ha visto algunas dificultades para despegar, quizá a raíz de mis recientes conflictos pedagógico-existenciales).

La idea de este artilugio, llamado Feevy, es simplemente desplegar el título y las primeras palabras de la última entrada publicada en estos otros blogs, de modo que desde aquí mismo puedas saber si hay algo nuevo por allá. En los próximos días planeo extender el artilugio para desplegar entradas de otros blogs, que por lo pronto ya aparecen listados en la columna derecha.

martes, 15 de abril de 2008

Un buen día



Hoy fue un buen día. Anoche, como últimamente, me fui a dormir cerca de la una. Esta mañana me levanté poco antes de las ocho. Y traté de exprimir el día, desquitando como pude mis dos mañanas (horario local y horario de México).

Avancé (no sé si suficiente, pero al menos a paso firme) en mi enorme cúmulo de pendientes académicos. Disfruté en tiempo real (gracias a la tecnología que no para de maravillarme) de tres excelentes sesiones interdisciplinarias, conducidas allá en el D.F. por un gran equipo de maestr@s-amig@s que irremediablemente llevo en el corazón y a quienes no me cansé hace un rato de felicitar y agradecer por el entusiasmo que me contagiaron. Y ahora, que van a dar las doce, me dispongo a leer un rato, oír musiquita pa' inspirarme y luego irme a dormir.

Preguntas, ideas, inquietudes, hipótesis, dudas, curiosidades, ocurrencias... La mezcla de lecturas, repaso de notas, redacción de borradores, revisión de noticias de uno y otro lado del océano... Muchas cosas, ya ves. Todas a la licuadora, para producir un batido que se antoja, sin duda, pero que puede caer pesado. Así que, intento llevarlo con calma pa' no empacharme.

P.D. Musiquita pa' inspirarme. Al terminar de redactar esta entrada caí en la cuenta de que he descuidado aquel propósito de compartir aquello de mi banda sonora personal. Por eso propuse de fondo a Yann Tiersen, quien para aquello de la inspiración me resulta esencial.

lunes, 14 de abril de 2008

Jóvenes Ministras

Antes de entrar en materia, valen la pena un par de aclaraciones. Primero: me reconozco como un absoluto neófito en lo que toca a la política española, y tanto mi ignorancia en lo general como mi desconocimiento en lo concreto, inhiben cualquier intención que pudiese llevarme a opinar al respecto. Segundo: mi incipiente conciencia política, incluso en el ámbito mexicano, y mi escaso pero cada vez más esforzado conocimiento de "lo social", me tienen muy atorado en cuanto a la posibilidad de ubicarme en algún punto del espectro de las ideologías, sea lo que sea que éstas significan. Así las cosas, esta entrada no pretende llevar ninguna clase de mensaje político. Aspira simplemente a señalar algo que me pareció digno de atención.

Zapatero recién dio a conocer la nueva conformación de su gabinete para la nueva legislatura. Dos cosas han llamado la atención en lo que respecta al perfil demográfico de los ministros: la presencia de más mujeres que varones, y la reducción en la edad promedio del conjunto.

Beatriz Corredor, de 39 años, es la nueva encargada de Vivienda. La Defensa queda encabezada por Carme Chacón, una joven catalana de 36 años, ¡la primera mujer en la historia de España que pasa revista a las tropas! Y una nueva cartera, la de Igualdad, será conducida por Bibiana Aído, quien tiene ¡31 años! (Además, resulta que Bibiana es una entusiasta bloguera.)

Aplausos y críticas, como en todo, seguro que los habrá. A mí, desde mi ignorancia, el hecho de que mujeres jóvenes estén ahí, me entusiasma.

Aunque también algo malo me deja todo esto: ¡Me estoy sintiendo viejo, caray!

sábado, 12 de abril de 2008

Any dream will do

El más que tradicional grupo de teatro del Inhumyc estrenó su producción 2008 de "José el Soñador", el pasado miércoles 9. Entre la nueva generación de integrantes del grupo está la "pequeña" Mnch. Bueno, para mí siempre será la pequeña, por más que ahora que estuve en México la encontré enorme, jeje.

Las crónicas que me llegan desde el otro lado del océano me informan no sólo el éxito de la puesta en escena, sino también el talento de la Mnch. Y aunque no necesito evidencias para sostener lo que me cuentan, lo afirmo también de primera mano, ya que unos días antes de mi regreso a Catalunya, mi pequeña hermana consiguió que los responsables del montaje me permitieran ver un ensayo de lo que llevaban puesto hasta entonces (que era ya muy cerca del 100%).

Disfruté el ensayo inmensamente. Tanto por la pasión de Mnch -a pesar de la tos que traía en esos días-, como por el entusiasmo general de los chavos. Me resultó inevitable recordar mis días de teatrero y las grandes divertidas que me llevé con mis hermanos, primos y amigos, en diferentes épocas de la vida, inventando locuras semejantes, ya fuese para el entretenimiento público o por la mera diversión privada.

Quienes andan en el D.F. todavía tienen chance. La temporada termina el miércoles.

Mnch, ¡Muchas felicidades! ¡Gracias por el ensayo! TQ1CH

jueves, 10 de abril de 2008

Astenia

Advertencia previa: No se sobresalte ninguno de los lectores que me guarde cierto afecto. (Los que no lo tienen, es más, los que ni me conocen, no se sientan discriminados, simplemente doy por descontado que no habrían de tener razón alguna para sobresaltarse.) Termino entonces la advertencia: no se sobresalten, ya que elegí hablar de este asunto no por padecerlo en lo particular, sino intrigado por sus efectos en lo general.

Ahora sí, dejando en claro que no estoy asténico, entro en materia. 

Reconozco que la palabrita resultó nueva para mí hace un mes. Así que, sin desconfiar en absoluto de la descripción de síntomas hecha por Juan Villoro en el texto que me ocupa, acudí como de costumbre al Diccionario de la RAE para ver si tenía algo que decir al respecto.

astenia. (Del gr. ἀσθένεια, debilidad).
1. f. Med. Falta o decaimiento de fuerzas caracterizado por apatía, fatiga física o ausencia de iniciativa.

Me topé con el término en un artículo titulado "Astenia primaveral", publicado por Juan Villoro el pasado 7 de marzo. [Como hice en otra ocasión, ofrezco liga oficial para suscriptores de Reforma.com, y liga no-oficial a mi versión "copi-peist" en Word.]

Eran los días antes de mi reciente viaje a México y, en sentido estricto, eran todavía los días previos al inicio de la primavera. Para mi fortuna, no me topé con enfermos de astenia en mi visita al país. (Quizá porque los agarré a todos de vacaciones, ¿será?)

Lo cierto es que aunque mi breve estancia no haya dado suficientes evidencias, la vida cotidiana aquí y allá (y en otros lares) sí dan alguno que otro atisbo. Así, de pronto me da la impresión de que la astenia pueda estarse transformando a raíz del calentamiento global, como advierte Villoro; en tal caso sus efectos serían entonces susceptibles de extenderse por todo el planeta y, peor aún, sin perdonar estaciones ni ciclos naturales.

Urge entonces no sólo una comisión para prevenirla... ¿Qué tal que mejor damos con una vacuna? Habrá que ponernos a trabajar en eso.

martes, 8 de abril de 2008

When I'm awfully low...

I will feel a glow just thinking of you... 
And the way you look tonight.

Hoy celebro y agradezco, amor, tu cariño y tu paciencia. Tengo claro que esto de las fechas no es más que un pretexto, y que en realidad da igual celebrar y agradecer hoy que cualquier otro día. Sé que a veces eso de llevar registro de toda fecha y tiempo puede ser excesivo y tengo claro que en mi caso -quizá en relación con mi problema de memoria- resulta casi una manía. Así que me resulta inevitable decir que hoy celebro y agradezco estos tres años. Y en el fondo celebro y agradezco también que dentro de poco serán diez de habernos encontrado.

Puccini sigue sonando en mi interior.

Nadie duerma...

Dilegua, o notte!
Tramontate, stelle!
All'alba vincerò!
"Nessun dorma", en Turandot


Falta poco para el amanecer. La víspera, Calaf ha respondido con éxito los acertijos de la Princesa Turandot. Queda sólo un paso: conservar en secreto su nombre por unas horas más. Si lo logra, habrá ganado. Su convicción es clara, contundente: al alba, ha de vencer.

En "The Mirror Has Two Faces" (1996), Rose (Barbra Streisand) asegura que, cuando uno se enamora, en su interior escucha a Puccini. Y con Greg (Jeff Bridges), llega a comprobarlo incluso en el exterior (pequeña ayuda de algún vecino de por medio). 

El amor, en su sentido más amplio, vive hoy sus días amenazado. Pero, de la mano de Calaf encuentra una luz, una esperanza. Más aún: si se permite pasar la noche con el misterioso personaje, no tardará en aprenderle su fuerza, contagiarse de su convencimiento. Y así, será cosa simplemente de esperar el alba.

Al margen. Tengo claro que se trata quizá del aria para tenor más trillada que existe. Pero ello no me parece gratuito y, menos aún, creo que le reste mérito alguno.

lunes, 7 de abril de 2008

Pedagogía y optimismo

¿Cómo pueden perseguirse objetivos a largo plazo en una sociedad a corto plazo? ¿Cómo pueden sostenerse relaciones sociales duraderas? ¿Cómo puede un ser humano desarrollar un relato de su identidad e historia vital en una sociedad compuesta de episodios y fragmentos?
Richard Sennett, en La corrosión del carácter

Un día sí y otro también me encuentro con suficientes señales de lo mal que van las cosas. Y aquí estoy. Tratando de entenderme a mí, para ver si de ese modo consigo entender algo de lo demás para entonces... ¿Entonces qué? ¿Cambiarlo? ¿Mejorarlo? Lo primero suena ingenuo, si se quiere, pero comprensible; también inútil, quizá, si tomara ciertas direcciones. Lo segundo ya suena más duro, pues implica una valoración simple pero contundente: algo está mal y merece ser de otro modo, según los parámetros que para el transformador dictan lo que puede que esté bien.

O quizá no. Quizá mejorarlo no significa necesariamente hacer algo "más bueno" o "más cercano al bien"; quizá algo mejora simplemente cuando parte de una comprensión más completa, o cuando consigue construirse desde una realidad más incluyente.

De pronto uno se siente poca cosa como para dictar cuando "más" es "mejor" o cuando "menos" es lo que hace falta. Pero tan poca cosa es uno como el otro que no ceja en imponer sus criterios así que, ¿qué se pierde?

Lo cierto es que estas señales de un día sí y otro también, me inquietan pero me alientan. Más de una vez lo he dicho: el día que sólo me habite el fatalismo, el día que el pesimismo gane la batalla, podré dedicarme a cualquier otra cosa, pero es claro que habré de alejarme de la pedagogía y cualquier aspiración "educadora".

Y por el contrario: mientras late en mí, como hoy y como cada día con más fuerza, la idea del optimismo, la confianza en mujeres y hombres a pesar y más allá de las señales chocantes; mientras esa esperanza persista, más me asgo de esta extraña (pretenciosa dirán algunos) vocación.

sábado, 5 de abril de 2008

Revelaciones

Quizá la palabra que elegí para titular esta entrada no sea del todo precisa. Intento referirme a frases que en las últimas horas/días se me han aparecido un poco de golpe y me han dejado un tanto pasmado; de algún modo se han conectado con las ideas que revolotean en mi cabeza y les han dado un nuevo (des)orden. Y a pesar de ello, debo dejar claro que no tengo bien identificado qué significan ni cómo ni por qué han merecido especial atención. Digamos que ignoro qué revelan, y sin embargo no me cabe duda de que algo encierran.

En estricto orden cronológico. Primera revelación. Horas después de publicar la entrada en que relato el "descubrimiento" de mis diarios, intentando sumergirme en la lectura de un libro de Zygmunt Bauman para clase, me topo con una cita que este sociólogo toma de La ignorancia de Milan Kundera:

Si alguien pudiera conservar en su memoria todo lo que ha vivido, si pudiera evocar cuando quisiera cualquier fragmento de su pasado, no tendría nada que ver con un ser humano: ni sus amores, ni sus amistades, ni sus odios, ni su facultad de perdonar o de vengarse se parecerían a los nuestros.

Segunda revelación. En este caso la extensión del original me impide transcribirlo por completo. Como mera provocación, comparto las primeras dos frases:

La globalización produce cambios de identidad que afectan la forma en que la gente se enamora. Acabo de compartir un tren con un pasajero que me contó un romance digno de estos tiempos.

El texto, titulado "Romance en la India", es de Juan Villoro y corresponde a su columna de ayer, viernes 4, en el periódico Reforma. No me atrevo a editar, ni siquiera parafrasear el artículo, pues sinceramente creo que no tiene desperdicio. (Si tienes suscripción digital a Reforma puedes leerlo aquí. Si no, me tomé la libertad de copiarlo en Word y colgar el documento aquí. Si alguien se sintiera afectado por esta flagrante violación al derecho de autor, ya me lo hará saber.)

Tercera revelación. En un mes he ido y vuelto. Y en ambas direcciones he sentido un cierto grado de "volver a casa". No sé si la casa se amplía, si hay casas temporales o si es que siempre todo es casa. Pero escucho ahora la voz de Teresa Salgueiro cantando palabras de Fernando "Pino" Solanas con música de Astor Piazzolla:

Vuelvo al Sur,
como se vuelve siempre al amor.
Vuelvo a vos,
con mi deseo, con mi temor.
Llevo el Sur
como un destino del corazón.
Soy del Sur
como los aires del bandoneón.
Sueño el Sur,
inmensa luna, cielo al revés.
Busco el Sur,
el tiempo abierto y su después.

Más allá de lo que digan los cartógrafos, hoy parece un poco más claro que ayer: soy del Sur... Pero quizá el Sur está en todas partes.

jueves, 3 de abril de 2008

Volver al pasado

En los últimos días de mi reciente estancia en México, viví una tremenda sacudida interna. El catalizador fue el toparme casualmente, en casa de mis papás, con una caja llena de cuadernos de notas personales, a manera de diarios, en los que escribí a lo largo de la década de 1990. (Incluso había uno, colado, de mediados de los ochenta.)

Durante algunos días me dediqué a ratos a leer fragmentos, primero al azar y luego guiado por lo que en mis breves lecturas descubría de mí mismo. Estas lecturas me hicieron volver a Barcelona con la mente llena de cosas. Pero, sobre todo, con la intriga y el deseo de volver para seguir leyendo esas historias que de pronto me parecieron ajenas. Por momentos, me descubrí sumergido en historias que se me revelaban absolutamente desconocidas. ¿En verdad me pasaron esas cosas? ¿Realmente escribí yo aquello?

De pronto viene a la mente algo que en numerosas ocasiones he confesado: mi falta de memoria acerca de mi propio pasado; mis serias dificultades para recordar mi infancia, y conforme pasan los años, mi adolescencia y mi juventud. ¿Será esa tendencia a olvidar la que durante tantos años me ha movido a anotar cuanto me ocurre? ¿Se trata de una forma de recordarme a mí mismo quién soy y de dónde vengo?

Lo cierto es que eso que escribo ha ido quedando abandonado por largo rato. Y volver de golpe a ello ha sido una experiencia muy intensa. Emocionante, sin duda.

martes, 1 de abril de 2008

En medio de un hola y un adiós

Pensando en Rodrigo (y reconociendo que el título de la entrada se lo tomo prestado)

Más sensaciones paradójicas. Esta vez, sé que más de uno entenderá mi sentir (pienso en especial en mis hermanos Rodrigo y Jimena, y en mis amigos Luis Pablo y Alejandro). Es evidente que mi hogar en toda la extensión de la palabra está en México. Es evidente que los últimos veinte días fueron emocionalmente intensos por todo lo que representa volver a casa por un rato. Y es evidente que cuando, hace tres semanas, viajaba rumbo al DF, la alegría era inmensa e indescriptible.

Pero ayer, desde la ventanilla 24F del Airbus 321 de Air France, cuando la aeronave bordeaba el Mediterráneo como parte de su aproximación a El Prat, contemplé Barcelona y la sensación fue extraña: era otro "volver a casa". Y no lo entendí de entrada.

Cuando llegué a la estación de Sants todo comenzaba a reacomodarse. Y minutos más tarde, cuando caminaba ya hacia la Residencia donde vivo, las cosas estaban más claras. Me di cuenta que, de alguna manera, Barcelona ya es parte importante de mi historia. Lo comprendí quizá estos días, mientras estuve en México. Barcelona circula en las venas a través de todo lo que me ha renovado: a través de lo que me ha permitido acercarme a mí mismo y los sueños que con ello me ha permitido recuperar.

De pronto comprendo que en este contexto la nostalgia se me vuelve nota constitutiva. Y vienen a mi alma palabras que apenas mi hermano Rodrigo escribió en un mágico comentario, a partir de la entrada que publiqué el domingo desde el Aeropuerto de México. Hablabas, hermano, de ese "estar en medio de un hola y un adiós", añadiendo que "de eso se trata el vivir"; no puedo sino estar absolutamente de acuerdo. Te quiero hermano.

P.D. Pese a los cambios de itinerario y la larga espera del equipaje, logré llegar (aunque fuera un poco tarde) a clase. A las nueve de la noche estaba de vuelta en casa, dispuesto a dormir para reajustar un poco el horario. Hoy, martes, es medio día y creo que el jet lag está superado.