Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

sábado, 22 de noviembre de 2008

Última jornada turística de la temporada

En un intento por ser manecilla de horas, dediqué buena parte de este sábado a turistear pausadamente por última vez en esta estancia barcelonesa. La primera parte del día la dediqué simple y sencillamente a caminar, fundamentalmente por el barrio gótico. En los rincones que detrás de la Catedral suelen acoger a todo tipo de músicos callejeros, me topé con otro argentino empeñado en recordarme aquello de "Volver" ("Tengo miedo del encuentro / con el pasado que vuelve / a enfrentarse con mi vida... / Tengo miedo de las noches / que pobladas de recuerdos / encadenan mi soñar... / Pero el viajero que huye / tarde o temprano detiene su andar... / Y aunque el olvido, que todo destruye, / haya matado mi vieja ilusión / guardo escondida una esperanza humilde / que es toda la fortuna de mi corazón.")

El señor, que se hace llamar Miguel Ale, canta los tangos y las milongas con una pasión tal que no pude resistirme a comprar mi último CD callejero de la temporada. Estuve un rato escuchando sus interpretaciones a clásicos argentinos tan populares como "Por una cabeza" y otras desconocidas para mí como "Noche de carnaval" ("Pedacito de cielo / no me hagas sufrir / Yo quisiera que nunca / te olvides de mí") y "Yira, yira" (una más de las desgarradoras de Discépolo: "Verás que todo el mentira / verás que nada es amor / que al mundo nada le importa... / ¡Yira!... ¡Yira!.../ Aunque te quiebre la vida / aunque te muerda un dolor / no esperes nunca una ayuda, / ni una mano, ni un favor" ¡Ámonos pues! jeje).

Por la tarde me fui por fin a conocer la Fundación Miró para explorar al menos su colección permanente. Si bien Miró no es precisamente mi pintor favorito, disfruté realmente recorrer la trayectoria de este mítico catalán y acercarme un poco más a su lenguaje. 


Salí contento y, para conservar el ánimo arriba, aproveché que andaba por ahí para ver una vez más la Fuente Mágica de Montjuïc. No me canso de verdad de sentarme a contemplar la danza de los dichosos chorros de agua.


Rematé la noche visitando la exposición retrospectiva de Alphonse Mucha que se expone en el CaixaForum. Una auténtica delicia. Las palabras no alcanzan. A lo largo de un año, visité en este museo una larga cantidad de exposiciones de todo tipo: desde arte de la antigua India, hasta instalaciones de arte contemporáneo, pasando por la mágica retrospectiva sobre Charlie Chaplin. Actualmente se presenta, además de la obra de Mucha —que ya es en sí razón suficiente para pasar largo rato en la antigua fábrica modernista— una selección de obras de las Galerías Uffizi que no tiene desperdicio. Y además, ¡las exposiciones en CaixaForum son gratuitas! ¿Qué más se puede pedir?

Así, cargado de belleza, volví a casa para seguir haciendo maletas. 

1 comentario:

Don Gato dijo...

Ni me siga contanto porque me dan hartas ganas de salir a pasear.

Usté escribe tan ordenado que leer no cansa para nada sino todo lo contrario. Lo admiro mucho por eso.