
Decía en la entrada anterior que una de las cosas que hacen que la vida valga la pena es caminar la montaña. Eso hicimos M y yo con mi familia el domingo. Fuimos a Tlayacapan y subimos el Tlatoani. Por la tarde comimos en Tepoztlán. Una jornada genial. Al placer de respirar la naturaleza, súmese el goce de estar con la familia. Incluida la Catarina, que vino desde París para conocer al mismísimo Y, alias Kirikou. A reserva de que en estos días "cuelgue" algunas fotos de la montaña, comparto un par de instantáneas con mi adorado sobrino Kiri.


4 comentarios:
Caballero, le dejo un comentario por acá pa' invitarlo a que vaya por allá (a los huevos de la gallina) y participe con algunas preguntitas pa la entrevista que yo mera le haré a la estimada Cordero. Saludos!
Ernesto¡¡¡
La última foto, no tiene precio jajajaja....oye dejame felicitarte por la miradita que le das a tu sobri, a cien millas se nota tu amor...bien¡¡¡¡¡¡
Que gusto leerte de nuevo, besos y bendiciones....bye
coincido con la "Y" , esos momentos son los q valen
saludos!
Jaja... que bonita fotos! y la última como todas dicen: priceless!!!!...
Que bonito el bebé!! que bonito!
Saludos
Publicar un comentario