Creo que no es tan complicado. Eso sí: se requiere esfuerzo, dedicación. No desesperar. Ser paciente y estar atento a las propias reacciones, a la voz que desde dentro insiste y no se da por vencida.
Es cosa de dejar el corazón alerta, de mantener abierta la piel. Atender a la luna. Escuchar la música del viento. Dejar que fluya el caudal creativo que nos une. Y, de nuevo, no desesperar.
Apunte. El sábado, una agradable comida sorpresa de bienvenida con familia y algunos amigos, que terminó pasada la medianoche con todo y Mariachi. El domingo, comida de bienvenida con la familia política, que remató con un ameno par de horas de karaoke. Gracias a todos los involucrados.
Aviso Importante
A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!
lunes, 7 de julio de 2008
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4 comentarios:
orgullosa lectora... tu voz radiante que insiste tiene la ventaja de tener disiplina y orden desde la infancia...ahora sera mas facil conducirnos!!!
Mmm.. yo quiero ir al karaoke... canto muy mal las rancheras y pior las baladas, pero que le hace... el chiste es pasarlo bien, que no?
Saludos!
Definitivamente tenemos a un poeta en Mexico!!
Saludoss!!!
Orgullosa lectora... ando ya ideando cosas pa' nuestro manual de supervivencia. Ya verás. ;)
Mi buen JuanPa... eso del karaoke es la neta!!! Yo echo unos berridos de aquellos a gusto, jejeje. Pa' la güelcom de la próxima semana es muy aventado, verdad? Pero pues pa alguna otra ocasión, no estaría mal eh! Saludotes!!
Oh Luna! Eso viniendo de usted es emocionante. Gracias, por éste y por el comentario en la entrada anterior... Un abrazo hasta Coatza.
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