Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

miércoles, 26 de marzo de 2008

Por fin se me hizo!

La espera fue relativamente breve, sobre todo si se toma en cuenta la cantidad de gente que sigue acudiendo al Nomadic Museum instalado actualmente en el Zócalo del Centro Histórico del D.F. Salí de la estación del Metro Zócalo pasadas las tres de la tarde, y después de treinta minutos de cola accedí a la imponente estructura de bambú construida por el colombiano Simón Vélez. 

Cierto que la multitud que ingresa permanentemente al lugar puede ser considerado un obstáculo para contemplar las imágenes con detenimiento. Pero creo que, más allá de esa posible incomodidad (que se vive sobre todo al recorrer el primero de los dos largos pasillos de fotografías), la visita es una auténtica experiencia. 

La atmósfera -la tenue iluminación, las imponentes columnas de bambú, los corredores de madera, el agua enmarcando los pasillos, la música y los sonidos-, la obra de Colbert -tanto las imágenes fijas como las que se proyectan en movimiento-, y, sobre todo, las reacciones del heterogéneo público mexicano: viejos, jóvenes, niños; con más o con menos educación; con mucho, poco o ningún dinero; "educados" o no... Al final, todos hemos hecho juntos la larga fila de entrada y algo durante el recorrido nos une, independientemente de las diversas lecturas que hagamos de la exposición.

A través de correos electrónicos circulan algunas de las fotos que integran Ashes and Snow; otras pueden verse en la experiencia virtual que ofrece el sitio en internet del proyecto. Las imágenes son poderosas sin duda, y si bien el acercamiento digital no es equiparable a la experiencia completa, es al menos una oportunidad de imaginar y explorar.

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