No sé si conseguir aquellos comics era sencillo, lo que sí recuerdo es que no eran baratos, por lo que nunca tuve toda la colección -que consiste en poco más de treinta títulos–. Habré reunido menos de una decena y, sin embargo, podía leerlos una y otra vez; recuerdo sobre todo dos: El Adivino y La Residencia de los Dioses.
La falta de tantos otros títulos me inhabilita como fan absoluto. Pero lo cierto es que siempre me ha movido algo especial esa aldea de galos irreductibles ante el César.
Así las cosas, la visita a Parc Astérix constituía una ilusión largamente acariciada que, en compañía de Jimena, hace unos días se vio realizada. Una de esas jornadas que no se pueden describir, así que a falta de palabras, y aprovechando que en México hoy es día del niño, dejo algunas imágenes que lo ilustran.
PD. Para la reciente escapada a París, el buen JuanPa, desde Querétaro me hizo un encargo. Le fallé, lo reconozco. Así que, como lo prometí compadre, intento compensar con unos macarons. Puf... ¡se me hace agua la boca!
1 comentario:
Asterix! Obelexiiiiiiiiiiixxxx!!! muy buen post pa'recordar la infancia y supongo pa'celebrar EL DIA DEL NIÑO...
Oye!!! GRACIAS MUCHAS POR LOS MACARRONS!!! se ven re-ricos!!!...y bueno no estás pa'saberlo pero por mucho prefiero las comidas dulces y los postres jaja... me has hecho feliz virtuamente jaja (q loco)... gracias!!!...
Saludos desde los Querétaros, tierra de progreso y libertá jaja... (menos de libertá de emos)
Publicar un comentario