Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

martes, 11 de marzo de 2008

Desde el aire...

Vaya viaje. De alguna manera hoy se cerró un círculo. La expresión, aclaro, no deja de ser muy relativa, pues en sentido estricto querría decir que uno está en el lugar del inicio, y en este caso nada más lejos de la realidad. Podría decirse que está uno cerca de ese punto de partida pero en otro nivel, como en espiral. Es claro, al menos para mí, por supuesto, que a lo largo de casi seis meses en Barcelona muchas cosas han cambiado. La lectura que hago del mundo dista mucho de la ingenuidad con la que partí. Las crisis existenciales y filosóficas se han ido sucediendo con diversas consecuencias en mi propia configuración personal, política y pedagógica. Estas estructuras renovadas han encontrado en este viaje que apenas inicia un singular corolario, una suerte de síntesis... en dos de las pelis que nos pasaron en el avión.

Primero Lions for lambs. Puedo asegurar que mi "crisis catalana" comenzó justo en la semana que vi esa peli (a finales de noviembre). Ahora no la vi completa por venir inspirado en el ordenador, pero hacia el final enchufé los audífonos y me topé con los tres diálogos que cierran cada historia y que, en esta segunda lectura, cumplieron un papel clave para ayudarme, en las dimensiones política y pedagógica, a sanar heridas o ideas que me venían agobiando y que no me lograba plantaer con una salida. La peli no me regresó al inicio ni borró mis inquietudes pero sí que me dio un aliento claro.

La segunda fue una película cuya existencia yo ignoraba por completo. Me animé a verla por la carita de su protagonista (aquel niño de Finding Neverland). Para imaginar esta peli propongo mezclar lo siguiente: una historia de love-at-first-sight; un culebrón animado (al mas puro estilo de Remy, Bel y Sebastian o Marco el de los Apeninos a los Andes... la clave es que sea una historia del tipo niño-busca-madre-y-se-cruzan-tanto-como-sea-posible-sin-saberlo); un personaje vagabundo al estilo Robin Williams (interpretado por él mismo ya de paso); un afroamericano dispuesto a ayudar al destino; buenas rolas con sonidos de moda y música que pueda chantejear al corazón; Nueva York como escenario... ¿El resultado? Explosivo dirás. Melodrama de llanto garantizado. Bueno, no sé si garantizado para cualquiera, pero de los 100 minutos que duró, yo habré estado chillando a moco tendido por lo menos una hora. Con esta peli se resume mi tercera estructura reestrcturada: la personal: no sé qué me haya pasado pero tengo las emociones más a flor de piel que nunca. Y me encanta.

¿La peli? Cierto! August Rush. Seguramente no es una "gran película", pero puedo decir que está ya en mi top 5.

A todo esto, casi lo olvidaba. Sí, tanta peli y un vuelo con tanto tiempo como para incluso redactar esta entrada (aunque será colgada más tarde, calro)... Sólo hay una explicación. Ando llegando a la mera "capirucha". Mi Ciudad de México. Un par de semanas de llenar los pulmones de aire (aunque sea contaminado, jeje.)

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