Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

lunes, 22 de septiembre de 2008

Claves para vivir feliz

Buscaba simplemente un poco de espacio, aire libre. Así que salí a caminar desde casa, en el barrio de Gracia, hasta Plaza Catalunya, en el centro. En el camino entré a un par de librerías, aprovechando sus techos para refugiarme de la copiosa lluvia que comenzaba a caer. En uno de estos locales, un título capturó de inmediato mi atención: Cómo Starbucks me salvó la vida, de Michael Gates Gill, editado en España por Urano. Era evidente que estaba ante el típico best-seller en la línea de superación personal, pero no pude resistir la tentación y eché un vistazo a la contraportada y las solapas:
Cómo Starbucks me salvó la vida es la fascinante historia real de un hombre rico que un buen día perdió cuanto poseía para reencontrarlo a través de la sencillez y la austeridad.

Michael Gates Gill, hijo del conocido periodista norteamericano Brendan Gill, lo tenía todo: una hermosa casa, una familia que lo amaba, un magnífico empleo como director creativo en una importante agencia publicitaria… En poco tiempo, fue despedido de su trabajo, un desliz amoroso hizo que su mujer lo abandonara y le fue diagnosticado un tumor cerebral. A punto de hundirse y al borde de la ruina, alguien le ofreció casi por casualidad un empleo en una cafetería Starbucks. Se trataba de Crystal, la gerente, una mujer singular que no sólo iba a convertirse en su jefa sino que estaba a punto de ayudarle a contemplar la vida desde una perspectiva totalmente distinta. Gates pronto vería cómo la nueva situación le brindaba una oportunidad única de superar prejuicios, sentir auténtico respeto por sí mismo y por los demás, liberarse de la necesidad de llegar más alto, aprender a valorarse por lo que era y no por lo que tenía… Fuera del mundo artificial y competitivo en el que había habitado hasta entonces, pudo acceder, por primera vez, a su verdadero yo.
No compré el libro. Y sin embargo, aún sin haberlo leído, puedo decir que la esencia del mensaje que parece enviar -muy a su manera, seguramente- me encanta. En cierto modo me parece que plantea algo que yo mismo he venido descubriendo a lo largo de un año: lo sano que resulta desprenderse de ciertas cuestiones materiales, de esas absurdas ideas de siempre querer tener más, porque si no uno es un mediocre, conformista. ¡Es ridículo! ¡Si de lo que se trata la vida es de vivir tranquilo y feliz! ¿No? Al menos eso es lo que creo. Y cada día estoy más convencido de que esa tranquilidad, esa felicidad, sólo pueden ser reales en la austeridad, en la sencillez... Y también, sin duda, en el compartir, en la solidaridad con el otro y ayudarle a descubrir esa posibilidad de realización sin necesidad de opulencia ni nada semejante.

En fin. Para rematar, dejo un video que encontré hace un rato, en el que este carismático sujeto (que no dudo estará cerca de volver al absorbente y enajenante lado oscuro de la fuerza, pues el éxito que el libro ha tenido en Estados Unidos, probablemente alejará a Michael de la austeridad que descubrió en la cafetería ubicada en Broadway) habla un poco acerca de su libro.


Adenda. Hace un momento me topé con otro video protagonizado por Gates Gill. Se trata de una charla con empleados de Google. El video es largo (30 minutos), pero entre lo que el tipo comenta encuentro algunas joyas. Sé que muchos de ustedes no lo verán, así que en una entrada próxima planeo agregarlo con algunos apuntes y comentarios que sinteticen lo que a mi juicio resulta más rescatable.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Elemento indispensable para ser feliz: la amistad.
Hoy, sin ser una fecha especial, ni conmemorativa...agradezco profundamente a la vida, al universo y a tí por ser mi amigo.
Te quiero mucho y desde aquí, te mando un abrazo.

Amaya Marichal dijo...

Es un tema que me pone de cabeza. El eterno dilema: ¿ir por más o quedarte ahí donde estás? Si te quedas ahí, ¿es porque eres feliz así o porque no tienes el valor de ir más allá? Hay dos películas que tal vez superficialmente tocan el tema: "Devil wears Prada" y "You've got mail". Estoy segura que hay otras que abordan el tema de una manera más prpfunda, sólo que no se me ocurre ninguna en este momento.

Buen post, y ¿quién sabe? Tal vez sea buena idea leer ese libro!!

Saludos!

ErnestoPC dijo...

Zorus... Soy espejo y me reflejo!!! TQ1CH!!!

Amaya... Uf, vaya tema, verdad? A mí también me daban mis crisis al respecto pero, sabes?, sin afán de decir que estén resultas -nada más lejos de la realidad-, te confieso que me decidí a apostar por dar la espalda al crecimiento en las variables materiales tradicionales y mi vida ha estado dando unos giros que no puedo más que agradecer a la vida, a Dios y a quienes esté involucrado en ello. Las interrogantes renacen a ratos, pero no tengo en mis planes cambiar la apuesta, jeje... Un afectuoso abrazo hasta Guadalajara!

Anónimo dijo...

QUE GUSTO PODER LEERTE , POR RAZONES QUE CONOCES NO LO HABIA PODIDO HACER.
ME ENCANTA TU ESTILO Y CONTAGIAS TU OPTIMISMO Y GANAS DE HACER LAS COSAS BIEN O SEA DAR LO MEJOR DE NOSOTROS EN TODO MOMENTO , TE QUIERO MUCHO . PINA