Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

viernes, 5 de septiembre de 2008

De comillas y cursivas

Esta tarde me dolió leer el impecable texto que publica hoy Juan Villoro en Reforma. Tras dos meses de agitada y feliz estancia en mi México lindo y querido, no puedo sino corroborar lo que sale de la pluma de este escritor que, como yo, vive un poco aquí y vive un poco allá. Me dolió pero me invitó también a valorar mi profesión. Mis ganas de seguir aportando algo a mi pueblo.

Comienza Villoro con este párrafo lapidario:
Al aterrizar en la Ciudad de México se advierte que la lógica no es lo nuestro. Una ventanilla anuncia "Taxi autorizado". Ahí mismo una leyenda de la Procuraduría Federal del Consumidor informa que ese establecimiento puede estar violando la ley. Llegamos al territorio donde lo autorizado es ilegal.
Y sigue:
La ventanilla que al mismo tiempo proclama y refuta la normatividad es una metáfora de un país donde las reglas han dejado de tener sentido o son caprichosas e inoperantes.
Más adelante, tras narrar el momento en que aborda uno de los "taxis autorizados" y comienza la charla con el conductor, escribe:
Como en México la catástrofe es un tema de conversación muy contagioso, basta hablar de un problema para que los desastres se ramifiquen. El taxista me dijo que en la mayoría de las gasolineras un "litro" nunca es un litro. Nuestra realidad prefiere las comillas a las cursivas.

Me sorprendí de que los taxis autorizados atropellaran la legalidad, pero poco después pasé por un tianguis donde ofrecían "discos pirata originales". Esto me ayudó a asimilarme a una tradición convencida de que lo auténtico es lo que se modifica sin que se note. Tal vez en otro país la piratería genuina sea contradictoria. Aquí avala la calidad de lo ilícito.
(Abro aquí un paréntesis. Como profesor de redacción, el uso de las comillas siempre me ha obsesionado. Y es que, efectivamente, los mexicanos tenemos un serio problema con el empleo de estas pequeñas marcas. Sin embargo, nunca había asociado yo esos usos y abusos con la forma en que esas comillas, más allá de su valor como signo gráfico de puntuación, están presentes en nuestra idiosincrasia.)

Hacia la última parte del texto, Villoro pasa al asunto del ¡Ya basta! lanzado por los mexicanos del sábado pasado:
El tema de la ilegalidad va de la picaresca cotidiana a la tragedia del crimen organizado. Las marchas contra la inseguridad confirmaron la indignación y el dolor de una nación que ya no soporta la violencia ni la impunidad. La protesta fue clara. El problema estriba en saber si hay interlocutores.
En fin. Lo dejo para la reflexión. Y para no desistir de la acción. Para empezar a dar preferencia a las cursivas sobre las "comillas".

2 comentarios:

Jake dijo...

me gustó mucho este post...es que cada signo y cada entonación que comunicás.
bue, nada, solo eso.


sin palabras


j
PD: te diste cuenta que tenés más ALEGRÍAS y EXPLORANDO que otras temáticas en tu blog....eso es estupendo!

Luna Quisan dijo...

Con tu post, me has invitado a la reflexión, y es que la verdad es muy cierto lo que comentas. Sin embargo, me quedé pensando en como nosotros los mexicanos hemos fomentado todas esas cosas, y efectivamente, vamos buscando la calidad en la piratería (y yo soy una de ellas), las mismas crisis, los medios, el avance de la tecnología, pero sobre todo, aquellas personitas con excelentes cerebritos los cuales son empleados para crear cosas, abrir mercado y poder lograr que cualquiera (llamemos estatus social-economico) pueda tener a su alcance las cosas... La pregunta es, ¿a costa de qué?.. los resultados los estamos viviendo en carne propia. Somos autores de nuestra propia desgracia, somos los autores de nuestra perdición, más fácil y sencillo, el mundo nos lo estamos acabando a pasos agigantados.