Dos de mis temas pendientes tienen que ver con cosas que he hecho durante esta segunda estadía en Barcelona. Por un lado, mis visitas a algunas exposiciones y, por otro, diversas actividades en torno a las fiestas de la Mercè. Me ocuparé hoy de las primeras.
A los pocos días de llegar, me lancé a pasar nuevamente una mañana en el MACBA, Museu d'Art Contemporani de Barcelona (la primera fue en junio, antes de viajar a México). Esta vez pasé la jornada recorriendo Disidanzas, una genial retrospectiva (la primera, según dicen) de la obra de Nancy Spero, pionera del arte feminista. Una exhibición sin desperdicio. Sus trabajos orientados a recuperar el lenguaje del cuerpo femenino resultan estremecedores y apasionantes.
Al día siguiente teníamos día festivo en Catalunya y me di una nueva escapada al Museu Nacional D'Art de Catalunya, MNAC, aprovechando que había jornada de puertas abiertas (o sea, se entra gratis, pues). Esta vez visité en sus últimos días una exposición desarrollada por el MNAC en colaboración con el Tate Modern de Londres, en torno a tres polémicos personajes: Marcel Duchamp, Man Ray y Francis Picabia. Tuve oportunidad de contemplar, entre muchas otras cosas, el mingitorio y la Gioconda con bigotes que tanta fama han dado al primero, una amplia serie de provocadoras fotografías del segundo y un sinnúmero de ocurrencias del tercero.
La semana siguiente, con mi Articket (boleto que incluye la entrada a seis recintos culturales de la ciudad) en mano, conocí por fin el Museu Picasso, ubicado en el encantador barrio gótico. El museo es relativamente pequeño pero merece la pena pues permite al visitante acercarse al joven Picasso y entender un poco los orígenes del Picasso que todos ubicamos. Pude visitar además una excelente exposición temporal titulada Olvidando a Velázquez. Las Meninas. Se trata de una exhibición que gira alrededor de la mítica obra de Velázquez y el estudio que en 1957 Picasso desarrolló en torno a ella. El montaje se complementa con acercamientos y exploraciones que diversos artistas plásticos han generado a partir de Las Meninas.
Finalmente, mis visitas culturales del mes remataron esta semana con Spots Electorales. El Espectáculo de la Democracia en la TV mundial desde 1989, que en estos días concluye su exhibición en el Palau de la Virreina. Se trata de un montaje multimedia construido a partir de una colección de 2,800 spots electorales de 70 países. La exposición tiene como eje 300 spots agrupados por categorías. Algunos se van proyectando pequeñas salas con grandes pantallas y otros en monitores individuales. Una sección de ordenadores permite a los que tengan más tiempo sentarse a explorar la base de datos completa, siguiendo criterios como año, país, tema, tipo de elección, etcétera.
Se trata, sin duda, de un poderoso pretexto para la reflexión. Entre las conclusiones evidentes para cualquier visitantes, está la uniformidad, la semejanza llevada al absurdo... La tele-democracia termina usando un lenguaje absolutamente globalizado, universal. Todos, sin importar la orientación ideológica, terminan diciendo lo mismo. ¡Y pensar que a partir de esos mensajes se ganan hoy unas elecciones! El lenguaje de la tele-democracia, de la video-política, del homo-videns del que habla Sartori... ¡es un lenguaje tan pobre! Y constituye el pan nuestro de cada día. Vaya cosas. Sin duda, un deleite de exposición, a la cual también entré de gorra, pues durante las fiestas de la semana pasada la Virreina abrió sus puertas sin cobrar entrada.
Así van las cosas. Me quedan algunos pendientes sin duda. Me falta conocer la Fundació Joan Miró y visitar alguna exposición en el CCCB. En cuanto eso suceda espero estarles relatando algo.
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