Aviso Importante

A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!

jueves, 15 de mayo de 2008

Maestr@s

En México hoy es Día del Maestro. A veces sucede ante las conmemoraciones anuales, que los clichés se vuelven inevitables; las frases trilladas aparecen a la orden del día y se nos ofrecen como una salida fácil al ineludible compromiso de "felicitar al festejado". Quizá por temor a caer en lugares comunes me resistía a publicar una entrada hoy. Pero pudieron más el cariño, el agradecimiento y, sobre todo, la inmensa admiración que siento hacia tant@s maestr@s. 

No tengo claro en qué momento despertó en mí el interés por la docencia, pero sí tengo la certeza de que una buena parte de la "culpa" la tuvieron extraordinari@s maestr@s a lo largo de mi larga trayectoria como estudiante. Hace unos meses, poco antes de asentarme temporalmente en Barcelona, tuve oportunidad de encontrarme al menos brevemente con algunos de ellos. El pretexto era entregarles un ejemplar de mi tesis de Maestría, en ese momento recién defendida. Sin duda el encuentro más emotivo por distintas razones fue el que tuve con Juanito, mi entrañable profesor de 1o de primaria. Conservo con claridad -y me emociona el sólo narrarlo- la pequeña charla que sostuvimos; la conservo como guardo algunos de los escasos pero poderosísimos recuerdos de mi niñez a los que Juanito se encuentra irremediablemente ligado. 

Mientras escribo vienen a mi mente tantos rostros. Entiendo que un mismo profesor puede ser muchos a la vez, según la cantidad de alumnos que pasan por sus aulas. Seguramente para muchos de mis compañeros, los maestros que recuerdo nunca existieron. Pero para mí, resultaron piezas fundamentales de la narración que me tiene hoy donde estoy, siendo el que soy. ¡Cómo no sentirme en deuda con ellos!

Pensar en mis maestr@s es también pensar en tant@s colegas y amig@s. A lo largo de los poco más de ocho años que llevo dedicado a la educación como actividad profesional, he tenido el honor de compartir aulas y pasillos con una gran cantidad de maestr@s. Con much@s además de la admiración y el respeto, me unen todavía hoy la amistad y un enorme cariño. Así, mi deuda no termina con quienes me tuvieron frente, sentado en un pupitre; se extiende a quienes han compartido hombro a hombro el incansable reto de sembrar futuro en los que hoy nos pisan los talones.

El afecto y la admiración que siento por mis maestr@s son infinitos; con sus aciertos y sus errores, me enorgullece que sean parte de mi historia. A l@s maestr@s que lean estas líneas, un abrazo fuerte y una idea: seguramente la escuela no es el invento definitivo para remediar los males del mundo, pero creo que sigue siendo una plataforma indiscutible para despertar conciencias y transformar. ¡Gracias por lo que a ti te toca y muchas felicidades!

3 comentarios:

Lau dijo...

Es curioso leer como nos resitimos a caer en clichés y al final, no por costumbre ni mercantilismo, pero si por sentimentalismo, sucumbimos a las fechas. Como maestra me emociona saber lo que piensas de algunos colegas y me pregunto si algún día mi huella será tan profunda en alguno de mis alumnos.

ErnestoPC dijo...

Hola Lau.
Al final creo que lo interesante es que al menos intentamos sucumbir con conciencia y un poco de dignidad, jeje.
Saludos y gracias por detenerte por acá!

JuanPop dijo...

Yo he sido maestro de chavos de prepa! Se siente rebonito verles crecer... ahora algunos de ellos me los topo por la vida y pareciera que pa mi el tiempo se detuvo pero no pa'ellos... enormes todos y muy chidos!!.. una gran labor... yo no podría hacerlo de tiempo completo: mi tolerancia no es tanta jaja.. saludos!

Ah y nos gusta la misma música... y hasta leen mi blog! que chido vea?