Los 18 grados centígrados llegaron sin avisar, y no tuvieron tiempo para convocar a las multitudes. Al menos en la última playa, a unos metros de Forum. Algunos despistados como yo, atraídos por la fuerza del sol y el sonido del mar. Mil cosas daban vueltas en mi cabeza desde hace varios días. Y las palabras del mar, tan cerca, tan claras, no tardaron en llenarme de paz y permitirme respirar con profundidad por un rato.

Gracias, Dios, por acercarte así. A la imagen capturada en la cima, se suma hoy la que me regalaste a la orilla del mar.

Aquí te dejo un minuto y fracción de mar…
2 comentarios:
Gracias por darnos y compartirnos este minuto y fracción. Es difícil no perderse los milagros que seceden día tras día; afortunadamente estuviste ahí para recordarme la extraordinaria maravilla de estar viva.
Un abrazo.
la mar... tus motivos convierten mis anhelos en esperanzas... ese fugaz sol de invierno que expande sonrisas y limpia los ojos.
la mar... gracias.
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