Errantes, mis pasos del medio día me condujeron a la playa. Y me encontré de frente (cosas del invierno y la geografía), con él.
Los 18 grados centígrados llegaron sin avisar, y no tuvieron tiempo para convocar a las multitudes. Al menos en la última playa, a unos metros de Forum. Algunos despistados como yo, atraídos por la fuerza del sol y el sonido del mar. Mil cosas daban vueltas en mi cabeza desde hace varios días. Y las palabras del mar, tan cerca, tan claras, no tardaron en llenarme de paz y permitirme respirar con profundidad por un rato.
No me atrevo a decir que encontré respuestas. Pero sí, sin duda, motivos. Y estos han resultado hoy más valiosos que las otras (si es que existen).
Gracias, Dios, por acercarte así. A la imagen capturada en la cima, se suma hoy la que me regalaste a la orilla del mar.
Es evidente que no todos tenemos el mar a la vuelta (e incluso a quienes lo tenemos a veces se nos olvida)… Pero eso no impide que podamos dejarnos arrullar por las olas. Por eso, además de guardarme un puñado de mar para tenerlo siempre a mano, intenté captar un instante de mar para compartir.
Aquí te dejo un minuto y fracción de mar…
Aviso Importante
A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!
viernes, 18 de enero de 2008
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2 comentarios:
Gracias por darnos y compartirnos este minuto y fracción. Es difícil no perderse los milagros que seceden día tras día; afortunadamente estuviste ahí para recordarme la extraordinaria maravilla de estar viva.
Un abrazo.
la mar... tus motivos convierten mis anhelos en esperanzas... ese fugaz sol de invierno que expande sonrisas y limpia los ojos.
la mar... gracias.
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