Hoy decir que uno cuenta a sus amigos con los dedos de la mano (y en casos extremos, con refuerzo de los dedos de los pies), es provocar que a uno lo miren con sospecha. Parece que ante la incertidumbre que nos rodea, la idea de amistad se convierte en un nostálgico refugio. En Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias, escribe Zygmunt Bauman:
Pongo el tema sobre la mesa no para condenar estas redes ni a la tecnología. ¡Nada más lejos de mis intenciones! Sólo comparto el llamado a, en la medida de lo posible, humanizarlas. No conformarnos con la ilusión de la amistad, sino celebrarla y construirla como un auténtico asidero.
Sobre el video. Fue colgado en YouTube hace veinte días. Al día de hoy, a las 10:17, hora de España, ha sido visto en su ubicación original, 317,547 veces. [Para evitar confusiones, para mis lectores en España debo decir que ha sido visto 317.547 veces; si no, puede parecer que han sido poco más 317 visitas y media.]
“Un número cada vez mayor de observadores confía razonablemente en que las amistades desempeñan un papel crucial en nuestra sociedad completamente individualizada. Con el rápido desmoronamiento de las tradicionales estructuras sustentadoras de la cohesión social, las relaciones tejidas a base de amistad podrían convertirse en nuestros chalecos o botes salvavidas.”Las redes que antaño daban seguridad se han desvanecido; ante la añoranza, nos vemos en la necesidad de invocarlas con recurrencia. Y la tecnología nos ofrece vías sencillas para sentirnos consolados. Como añade Bauman más adelante:
“Los directorios del teléfono móvil representan la comunidad perdida y confiamos en que suplan la intimidad perdida.”Y así como esos directorios, tenemos Facebook, hi5, mySpace, Tagged, más lo que se sume en la semana. Hablando de este fenómeno, Bauman cita a Charles Handy, quien señala que estas comunidades virtuales “pueden resultar divertidas” pese a crear sólo “una ilusión de intimidad y un simulacro de comunidad”.
Pongo el tema sobre la mesa no para condenar estas redes ni a la tecnología. ¡Nada más lejos de mis intenciones! Sólo comparto el llamado a, en la medida de lo posible, humanizarlas. No conformarnos con la ilusión de la amistad, sino celebrarla y construirla como un auténtico asidero.
Sobre el video. Fue colgado en YouTube hace veinte días. Al día de hoy, a las 10:17, hora de España, ha sido visto en su ubicación original, 317,547 veces. [Para evitar confusiones, para mis lectores en España debo decir que ha sido visto 317.547 veces; si no, puede parecer que han sido poco más 317 visitas y media.]
Cuando empezaba a verlo la primera vez, primero me espanté. No tenía idea de quién era este tío, y no sabía qué tan en serio hablaba... aún así, me causaba gracia la solemnidad con que platicaba. Conforme avanzó la cosa no sólo fui entendiendo sino que me partía de la risa, plenamente identificado con la sorpresa que me causa el tiempo que la gente puede dedicarle a cultivar amistades digitales. Al final, creo que Bauman y Urdaneta, desde ubicaciones radicalmente distintas, se acercan -por lo pronto en los textos que estoy planteando aquí- a diversas dimensiones de un mismo fenómeno y nos dejan algo pa' reflexionar, ¿no?
Una cosa más: ya imaginarás cómo conocí este video. Exacto. ¡Lo recibí ayer a través de Facebook!
Una cosa más: ya imaginarás cómo conocí este video. Exacto. ¡Lo recibí ayer a través de Facebook!
2 comentarios:
Fenomenal el video del don! y tiene toda la razón!... porque de pronto todo ésto de las redes sociales es como una re-re-re-representación de nuestras personalidades... en ésto de la net no hay límites! (quién iba a pensar que seriamos bloggers!! jaja) es como una especie de "Reality Net Show" de ésta generación que siente la necesidad de poseer un pedazo de la misma net!!!
Creo que mientras no nos obsesionemos, no hay problema alguno...
Saludos
Completamente de acuerdo JuanPa. Nada con exceso, todo con medida. Y eso sí... las posibilidades son infinitas. Además estoy seguro que, con el tiempo, serán las mismas fragilidades de las red las que permitirán que a través de ella revolucionemos al mundo hacia una sociedad más humana. Ya me dirás qué tal encontraste mi querida capirucha, eh!
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