Sin duda hay cosas que no extraño. Lo corroboro cuando, después de "escuchar" en el chat a mis cuates del DF, o después de leer ciertas notas en los diarios mexicanos, salgo a caminar, sea por ocio o sea con el fin genuino de trasladarme. Con todos sus posibles defectos, el transporte público en esta ciudad es algo digno de atención.
Sea en el medio que sea, habrá que reconocer que en esa Ciudad se pierde una cantidad extraordinaria de tiempo trasladándose de un punto a otro. Confieso que en los últimos meses que pasé en el DF, tuve el placer de viajar cómodo y rápido al trabajo, gracias a un autobús de RTP que pasaba a las 6:00 a dos calles de casa (San Antonio y Revolución) y por 2 pesos (0,18 USD; 0,13 EUR) me dejaba en la puerta del colegio (al pie del Ajusco) en 35 minutos. Pero hay que decirlo, eso es ser la excepción y no la regla.
Hace unos días escuchaba una entrevista en la que el jefe de gobierno de la Ciudad de México hablaba con absoluta demagogia de imitar ideas de ciudades como París o Madrid. No sabía si reírme o llorar. Se atrevía a hablar de sus ciclopistas y se atrevía a citar el ejemplo de Barcelona, diciendo que los caminitos que se va a inventar allá, unirían puntos de conexión con otros medios de transporte. ¿Y la gente subirá y bajará del camión o del metro con su bicicleta? Si así nomás no cabe la gente! Lo que aquí existe se llama Bicing, y opera desde hace casi un año. Se trata de una red de bicicletas de transporte público. El mismo principio lleva ya varios meses funcionando así en París. Bajas del metro o del autobús, tomas la bicicleta, te trasladas a otro punto, la entregas. Es sencillo, barato y saludable. El éxito del programa ha sido impresionante, lo cual se refleja en el ritmo de crecimiento que ha vivido.
En fin. Lo cierto es que extraño muchas cosas. Pero las travesías de horas en coche o micro están lejos de ser dignas de mi añoranza.
Aviso Importante
A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!
viernes, 15 de febrero de 2008
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