En ocasiones mes sorprendo a mí mismo con el eclecticismo de mis gustos e intereses en el ámbito del consumo cultural, (música, cine, literatura). Por más que esté acostumbrado a reconocerlo ante preguntas del tipo "¿qué estilo de música te gusta?" o "¿cuál es tu libro o película preferida?", la sorpresa resurge con frecuencia cada vez que me topo con un nuevo ítem para añadir a "mis favoritos".
Hace un rato terminé de leer una novela que me atrapó desde el primer momento y que no me dejó escapar hasta la última palabra. Apenas estoy terminando de digerir, pero me pareció un excelente pretexto para una entrada en este diario virtual.
La historia de cómo llegó "Mirror, Mirror" a mis manos merece un recuento. Antes de venir, estaba leyendo "Wicked", el recién traducido al español best-seller mundial de Gregory Maguire, que inspiró además la no menos exitosa obra musical de Broadway. La lectura estaba resultando divertida y emocionante... En esos días, con ilusión y nerviosismo empacaba cajas y hacía las maletas... Llevaba unas tres cuartas partes del libro. El día antes de partir, después de enfrentar serias dudas sobre si valía la pena cargar semejante tomo, coloqué "Wicked" en la mesa de la sala, con el firme propósito de terminar su lectura durante el vuelo y con la intención de abandonarle después en algún parque como "libro libre". Según recuerdo, debió ser en el aeropuerto donde me percaté de haberle olvidado.
Fue ya en octubre, relativamente instalado en Barcelona, que decidí que era necesario saber cómo terminarían las cosas para Elphaba. Mi intención era comprar la edición digital en inglés, pero quiso el portal de la editorial que aquello no se consumara. Sin embargo, descubrí entonces los títulos de las siguientes obras publicadas por Maguire. Los títulos y sus "reseñas" resultaban realmente cautivadores. Y si la prosa de "Wicked" me había atrapado como lo hizo, ¿por qué no arriesgarse?
En aquellos días Mariana iba a Nueva York con sus alumnos y, dado que esos títulos no han sido traducidos al castellano, era la oportunidad de hacer un encarguito. Mariana fue y volvió. Nunca le pregunté si los había conseguido. El día que llegó a pasar las fiestas decembrinas por acá, unas de las primeras cosas que sacó de la maleta fueron los tres títulos que había sugerido.
Hoy terminé la lectura del primero, y debo decir que no fue lo que esperaba. Fue muy superior. Nunca creí que fuese posible enfrentar la historia de Blancanieves de modo semejante. Todas las licencias históricas que Maguire se toma para convencernos de que la celosa enemiga de Bianca fue la mismísima Lucrecia Borgia, quedan más que perdonadas. En la ficción todo vale. Y cuando la ficción se construye con desafiante astucia, eso se agradece y se celebra.
Creo que me he excedido en este relato. Y no he dicho gran cosa sobre el libro en cuestión. ¿Te parece si lo dejo para otra entrada?
Una conclusión adicional tras la lectura: vaya que necesito ponerme a pulir el inglés. Y cuando lo haya hecho, sin duda volveré a "Mirror, Mirror", para disfrutarle con entusiasmo renovado.
Aviso Importante
A partir de mi regreso a México, el 24 de noviembre de 2008, decidí dejar de publicar en este espacio, con la intención de respetar el cierre de un ciclo. Desde el mismo día, puedes visitar mis ocurrencias en Ernesto-BCN. ¡Gracias por tu visita!
domingo, 10 de febrero de 2008
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