Entre los recuerdos que no son para "amar" los noventa, está sin duda ese error de diciembre. Estalló de forma peculiar en la visión de mi ingenuidad adolescente. (A los 18 uno sigue siendo un adolescente. Y a los 20 y a los veintitantos y a los...)
Eran los días en que, entusiasmado por el dance, había decidido que era momento de abandonar los experimentos con la vieja tornamesa de casa, los cableados "arreglados" y todos los artilugios que me había inventado durante varios años para "mezclar" música. Quería convertirme en DJ y era hora de dejar atrás mi pequeñita mezcladora de cuatro canales, para comprar una tornamesa de discos compactos hecha y derecha. Había ahorrado durante mucho tiempo para "regalarme" una Denon pa celebrar mis 19 años. Y justo después de mi cumpleaños, el peso sufrió aquella histórica devaluación. El precio de mi tornamesa se disparó a los cielos. Y punto.
Aún así, en medio de ese despertar, la segunda parte de la década tiene sus cosas. Eso sí, cada vez más paradójicas:
16. La carga de aquel 94/95 se sintetiza en una película que me llevó a rendirme ante la pantalla una y otra vez: Pulp Fiction de Tarantino. (Vaya contrastes: la temporada anterior, mi película había sido The Age of Inocence de Scorsese.)
17. A partir de 95 descubriré "el otro cine", ése que se hace en este continente donde hoy respiro, y que a mí me había pasado desapercibido. Encontraré a dos de mis genios favoritos: Kieslowsky y Wenders. En los noventa, el primero nos obsequió su trilogía de los colores, Azul, Blanco y Rojo; el segundo ¡Tan lejos, tan cerca! e Historia de Lisboa, entre otras. Y con todas esas películas, un deleite de bandas sonoras. (La mayor parte de estas películas son de la primera mitad de la década, pero muchas nos llegaron a México a mediados de la misma.)
18. En 94 arranca la mítica serie de televisión Friends. Y aquellos seis amigos nos acompañarán y marcarán el cambio de siglo. No me extiendo: remito a la entrada que publiqué el 14 de febrero.
19. En esa segunda mitad de los noventa llega a mi vida el correo electrónico. Primero, con la cuenta FTP que nos daban en el Tec. Al poco tiempo abriría mi primera cuenta de hotmail. El resto, es de sobra conocido. Y lo que falta.
Aún así, en medio de ese despertar, la segunda parte de la década tiene sus cosas. Eso sí, cada vez más paradójicas:
16. La carga de aquel 94/95 se sintetiza en una película que me llevó a rendirme ante la pantalla una y otra vez: Pulp Fiction de Tarantino. (Vaya contrastes: la temporada anterior, mi película había sido The Age of Inocence de Scorsese.)
17. A partir de 95 descubriré "el otro cine", ése que se hace en este continente donde hoy respiro, y que a mí me había pasado desapercibido. Encontraré a dos de mis genios favoritos: Kieslowsky y Wenders. En los noventa, el primero nos obsequió su trilogía de los colores, Azul, Blanco y Rojo; el segundo ¡Tan lejos, tan cerca! e Historia de Lisboa, entre otras. Y con todas esas películas, un deleite de bandas sonoras. (La mayor parte de estas películas son de la primera mitad de la década, pero muchas nos llegaron a México a mediados de la misma.)
18. En 94 arranca la mítica serie de televisión Friends. Y aquellos seis amigos nos acompañarán y marcarán el cambio de siglo. No me extiendo: remito a la entrada que publiqué el 14 de febrero.
19. En esa segunda mitad de los noventa llega a mi vida el correo electrónico. Primero, con la cuenta FTP que nos daban en el Tec. Al poco tiempo abriría mi primera cuenta de hotmail. El resto, es de sobra conocido. Y lo que falta.
20. Primavera de 1998. Una más del celuloide: Great Expectations, de Cuarón. No sé cuántas veces la vi en el cine. Muchas. Sólo, mal acompañado, bien acompañado... Ese año, en el verano, varias veces después de ver la peli, conocí a Mariana. ¡Hace ya 10 años!
21. En 1999 sale al mercado la Power Mac G4. Una de ésas se convertiría en mi primera Mac. Ahí se irían por primera vez mis ahorros. Uno de tantos arrebatos que me han obligado a comenzar una vez más desde cero (arrebatos de los cuales no me arrepiento). Arrancaba oficialmente mi vida digital. Con los años llegaría mi MacBook G3 y hace un par de años la PowerBook G4 desde donde escribo en este momento.
21. En 1999 sale al mercado la Power Mac G4. Una de ésas se convertiría en mi primera Mac. Ahí se irían por primera vez mis ahorros. Uno de tantos arrebatos que me han obligado a comenzar una vez más desde cero (arrebatos de los cuales no me arrepiento). Arrancaba oficialmente mi vida digital. Con los años llegaría mi MacBook G3 y hace un par de años la PowerBook G4 desde donde escribo en este momento.
Hubo más cosas, sin duda. Pero el acuerdo fue dejarlas en 21. Así que ya está.
En verano de 1999 me gradué. La década terminaba ahí, un día de mayo. Al día siguiente estaba trabajando. Según el calendario a los noventa les quedaban varios meses. Pero yo ya estaba en otra historia.
4 comentarios:
sin propónermelo, aqui acompañandote en este recuento, empiezo a hacer el mío propio. Es increíble los recuerdos a los que te remiten los comentarios de otra persona.
saludos!
Qué tal Lau!
Los recuentos y nostalgias son sin duda altamente contagiosos. Y si además sirven pa'acompañarnos, excelente!!!
Recibe un fuerte abrazo.
siempre seras el mejor DJ para mi!!!! ...y por supuesto el director de la banda sonora "chez nous".
Ves cómo si podriamos llegar a las 101 reasons! jaja... hay tantas cosas que olvidé publicar en mi lista!...
Ahora hagamos 21 Ways To Be Happy Without Prozac jajaja... o cuál será el antidownie de moda? jaja
Saludos Ernest!
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