Dándole a la feina en la cocina...
Preparándonos unos taquitos de tinga, mmm!
Nuestra "coctelera", pa' las margaritas.... y algo de música grupera por supuesto!
Un ejercicio que comenzó cuando la distancia generó en mí la necesidad de acercarme y acercarte. Y que aspira a conservar vigencia más allá de la ubicación. Porque un día, para mí, Barcelona dejó de ser una ciudad y se convirtió en una actitud.
2 comentarios:
¿Cómo olvidar las tradicionales noche mexicanas en la casa de la Familia Pérez Castro Pérez?
Desde la memoria del corazón, agradezco haber compartido con ustedes esos momentos.
Me da gusto saber que también en Barcelona disfrutan de tu hospitalidad y enorme corazón.
Un abrazo amigo.
Vaya que esos encuentros anuales con pretexto de las fiestas patrias permanecen vivos en la memoria, sobre todo gracias (aunque ya suene como disco rayado) a la compañía de los buenos amigos. Ya habrá que buscarnos ocasión de recuperar esas fiestas, eh!!!
Y bueno, por justicia, debo decir que en este caso he sido yo quien ha gozado de la hospitalidad de Marian, Meri y Patri, que facilitaron su piso para concretar la idea. Y en cuanto al corazón, como bien sabes Zorus, eso se disfruta cuando se comparte de ida y vuelta. Así fue en esta cena, y sé que así es contigo amiga!
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