Termina un día difícil. Un día cargado de cosas. De todo un poco. Un día que parecía eterno. Pero que al final a encontrado su última hora. ¿Balance final? Difícil de expresar. Cuando tantas cosas van y vienen no es sencillo poner las cosas en blanco y negro.
Lo cierto es que en todo esto ando bastante revuelto. Ya se ve, ¿no? La piel de este blog ha ido y venido en una semana de un lado a otro. Y no termina de hallarse. Quizá reflejo un poco de cómo ando.
Surgen mil cosas. Algunas difíciles de entender. Pero las acepto. Asumo que juegan un papel y hay que saber encontrarles su sitio. Y en todo este escenario, hoy el sol no dio la cara en todo el día. Nublado permanente y llovizna durante toda la jornada.
Así, mientras las ideas van y vienen, mientras la confusión y la claridad alternan el dominio de mi mente, acudo a las palabras para dejarme llevar... escribir un rato, divagar sin decir mucho... porque lo necesito, porque me hace falta. Y en medio de las divagaciones divido. Algunas cosas van directo al cuaderno de notas. Para que se almacenen, se cocinen. Unas más irán a parar a una que otra bandeja de correo electrónico, pues por su naturaleza exigen destinatarios precisos. Otras encuentran su sitio aquí. Porque al final uno necesita que algo se escuche más allá. Sin necesidad de esperar respuestas. Simplemente por saber cómo reacciona el aire ante la expansión de sus ondas.
Y aquí me tienes. Siguiendo los dictados del pensamiento sin chistarle. ¡Es curioso cómo a lo largo de estos meses el sentido de este blog ha ido transformándose! Comenzó con una dirección clara y, al poco tiempo, su naturaleza comenzó a mutar. Nunca imaginé los alcances que tendría. Hoy, es un espacio bizarro, que felizmente me acerca con un puñado de viejas y queridas amistades que me conocen relativamente bien y que leen a un sujeto con un pasado común y sobre el que, sin duda, cada día descubren nuevas cosas. Me acompañan también de vez en cuando integrantes de la familia: M, mis padres, mis hermanas, mi hermano, tíos, tías, primos, primas (hay que ser políticamente correctos con esto del género)... gente, todos ellos, que también conoce a un Ernesto a partir de un pasado compartido en ciertos aspectos, un Ernesto que se les revela y descubre aquí en otros tantos que, si no conocían del todo, al menos sospechaban. Y, finalmente, aunque no por ello menos importantes, las maravillosas personas que he venido encontrando a lo largo de estos meses: ellas y ellos, quienes con mayor frecuencia dejan huellas de su paso, obviamente por ser quienes en mayor o menor medida conocen y disfrutan los usos y misterios de estas herramientas tecnológicas; gente, esta última, que sólo sabe de mí lo que se puede reconstruir a partir de estos fragmentos, pero que, en muchos casos, ha leído más de lo que yo mismo creí que contenían estas piezas.
De una idea vuelo a otra, que busca escapar y compartirse. Hace unas horas la ansiedad se acumulaba entre estas cuatro paredes y comenzó a ejercer una presión inusual. Tuve que salir a caminar un rato bajo la incesante lluvia. Vi la hora. 19:25. Camine a Santa María de Gracia para aprovechar la Misa de la tarde y encontrar un espacio de serenidad por un rato. Unos metros después de entrar al templo, llamó mi atención la inusual saturación de cirios en torno a uno de los altares. Minutos más tarde comprendería todo: hoy se celebra a San Judas Tadeo, celebérrimo patrono de las causas difíciles y desesperadas. No me atrevo a decir que mis inquietudes estén al grado de la pérdida de esperanza, ni mucho menos. Aproveché, pues, la ocasión, para reiterar mi agradecimiento por tantas cosas, poner sobre la mesa mi preocupación por tantas otras, y pedir simplemente luz suficiente para seguir descifrando el proyecto con que me toca cumplir.
Calma, pues. He dicho que necesitaba soltar la mano –con la pluma, con el teclado–, un poco a solas un poco con el eco de quienes como tú se dan por aquí una vuelta de vez en cuando. Sé que comprenderás el desvarío de esta noche y perdonarás aquello que pueda resultar incomprensible o que desentone con las ocurrencias cotidianas. Como dije antes, era necesario. Pero todo está bajo control.
PD. No sé si el sol dará mañana la cara o seguirá no-brillando por su ausencia. Lo que sí sé es que llega mi querida hermana J. No hace falta revisar los pronósticos del tiempo para saber que será más que un buen día.
4 comentarios:
jejejeje hasta tus desvaríos son ricos!!!! esta entrada viene a reflejar un poco también mi sentir últimamente. Pues si, el sol saldrá (brille o no) mañana!
saludos desde un puerto de Coatzacoalcos con mucho aire!
Ernesto. Este escape fue maravilloso. Hace falta a veces descargar un poco de todo y mucho de nada. Gracias por compartirlo. Vas a ver que mañana sera un buen dia. Yo tambien me he repetido eso todo el dia de hoy... mañana tiene que mejorar
Coincido con mis queridas paisanas...simplemente maravilloso, Ernesto es una delicia leerte y en serio gracias por compartir...oyeee tienes un club de fans en Coatza, verdá de dios¡¡¡
Ya por favor! Estoy rojo rojo de pena!!! Saludos cariñosos desde el Mediterráneo hasta el Golfo de México!
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