sábado, 4 de octubre de 2008
Para vivir el amor...
Atender. Sin necesidad de concentrar la mirada. Simplemente estar y atender. Permitir que el viento pegue de frente. Que la luz del sol deje sus huellas. Que la música de los árboles acompañe el ir y venir de coches, motos y peatones. Permitir que en medio del caos que creamos a cada segundo, se revele –y se rebele– la belleza. Dejarse atrapar. Darse a uno mismo la oportunidad de ceder. De contemplar. De descubrirse afuera. Para fortalecerse dentro y contagiar alrededor.
Atender. Descubrir que es más sencillo de lo que parece. Sin que la sencillez niegue la necesidad del sacrificio. Porque, al final del día, es ese sacrificio el que permite disfrutar auténticamente lo que se ha descubierto.
Atender. Llorar un poco, si hace falta. Y sonreír. Porque en medio de todo el dolor que parece crecer en torno nuestro, predomina el amor. Pero para vivirlo hace falta sacrificar un poco de uno mismo. Y poner atención.
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4 comentarios:
Hola! Sólo pasé a saludar pues hace tiempo que no lo hacía. Siempre encuentro post de interés en tu espacio.
Muchos saludos!
EPC:
Wow¡¡¡¡¡¡
Me concentré en tus palabras y sentí chingonsisimo...gracias por las emociones¡¡¡¡¡ Que viva el amor¡¡¡
Como siempre, eres y serás un adorado...besos
Ya te agregue a mi paseo... solo para estar pendiente. Un abrazo
Hola Y... A mi me emociona que te emociones jeje... De verdad que a veces cosas tan simples se nos escapan, no crees? Y mira que en estos momentos ando echando mucho de menos a mi gente... Pero al mismo tiempo, en cada respiración, agradezco a Dios tantas bendiciones. En fin. En estas andamos.
Lau, gusto saber de ti. Gracias como siempre!
Diliviru! bienvenida de este lado! Otro abrazo para allá!
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